Fue en 2007 cuando los Estados Miembros de la OMS declararon el Día Mundial del Paludismo (también denominado «malaria») para el 25 de abril en la Asamblea de la Salud. Su objetivo consiste en poner de relieve la necesidad de invertir continuamente en su prevención y control. La campaña 2021 se centra en alcanzar la meta del paludismo cero. Celebrando los logros de los países que están cerca de alcanzar su eliminación o que ya la han logrado. Estos sirven de inspiración a todos los que trabajan para erradicarla y mejorar el bienestar y los medios de vida de sus poblaciones.
El antes mencionado es un padecimiento transmitido a través de la sangre. Las picaduras de mosquitos hembra son la vía más común de contagio, pero también se puede transmitir a quien recibe transfusiones u órganos de un donante infectado. Si una mujer contrae la enfermedad en estado de gestación, entonces es posible que el bebé nonato también lo adquiera.
Las sintomatologías son muy variadas, empezando con fiebre, escalofríos, sudoración y dolor de cabeza. Además se pueden presentar náuseas, vómitos, tos, heces con sangre, dolores musculares, ictericia, defectos de la coagulación sanguínea, shock, insuficiencia renal o hepática, trastornos del sistema nervioso central y coma. La fiebre y los escalofríos son síntomas cíclicos, repitiéndose cada dos o tres días. Actualmente no existe una vacuna eficaz pero se cuenta con tratamientos que varían según la región del planeta donde se administren.
Es de posible prevención y cura, pero, sin atención médica rápida, es muy peligroso y puede ser fatal. En el transcurso de un año termina con la vida de entre 700.000 y 2.700.000 seres humanos de los cuales más de 75% son niños en zonas de África, otro gran grupo afectado está compuesto por las mujeres embarazadas.
En regiones donde la malaria es altamente endémica, las personas se contagian tan a menudo que desarrollan la inmunidad adquirida, es decir, son portadores más o menos asintomáticos del parásito.
En un contexto doblemente amenazante por la resistencia a los medicamentos antipalúdicos y la COVID-19, a pesar de una crisis sanitaria mundial sin precedentes, los países afectados siguieron avanzando hacia su erradicación, varias naciones pudieron mantenerlo controlado, lo que les permitió encaminarse hacia la certificación de su eliminación que concede la OMS.
Gracias al trabajo de organizaciones en todo el planeta, la escala de devastación causada por la malaria se está reduciendo gradualmente. Pero se necesitan más acciones urgentes para volver a encaminar la respuesta mundial, y la responsabilidad del desafío está en manos de los países más afectados.
A escala personal medidas tan simples como la no creación o destrucción de criaderos de mosquitos principalmente cerca de cuerpos de agua como lagos, lagunas o remansos de los ríos, el uso de insecticidas, mosquiteras y ropa adecuada para evitar las picaduras actúan como barrera para la detención y pueden hacer la diferencia. Te invitamos a que las pongas en práctica y seas ejemplo, porque como vemos, ponen un alto no solo a este sino a muchos otros padecimientos.