Este 13 de agosto se celebra el aniversario 94 del natalicio del comandante en jefe, quien ha sido y será siempre el líder histórico de la Revolución Cubana. A lo largo de los años de la Revolución impulsó y dirigió la lucha del pueblo por la consolidación del proceso revolucionario, su avance hacia el socialismo, la unidad de las fuerzas revolucionarias y de todo el pueblo, las transformaciones económicas y sociales del país, el desarrollo de la educación, la salud, el deporte, la cultura y la ciencia, así como el enfrentamiento de las agresiones externas y la conducción de una activa política exterior basada en los principios.
El comandante Fidel nació en Biran, Holguín, un 13 de agosto de 1926. Se graduó de derecho en la Universidad de La Habana. Organizó y entrenó a más de mil jóvenes obreros, empleados y estudiantes, que provenían fundamentalmente de las filas ortodoxas. El 26 de julio de 1953 comandó el asalto al Cuartel Moncada en Santiago de Cuba y al cuartel Carlos Manuel de Céspedes en Bayamo, en una acción concebida como detonante de la lucha armada contra el régimen de Batista. Fue sometido posteriormente a juicio y condenado a prisión donde asumió su autodefensa y pronunció el alegato conocido como La Historia me Absolverá, en el que esbozaba el programa de la futura Revolución en Cuba. Fundó el Movimiento 26 de Julio para proseguir la lucha revolucionaria. Desde el exilio organizó la expedición del Yate Granma, que se estableció en la sierra Maestra y al frente del Ejército Rebelde, que triunfa el 1ro de enero de 1959.
Su legado ha trascendido no solo en la historia de Cuba sino en la del mundo entero. Es considerado como un hombre de talla mundial y para todos los tiempos, por sus ideas referidas a la internacionalización del conocimiento, la importancia de la cultura en el desarrollo humano, la defensa de la unidad de todos los pueblos de la tierra y de la colaboración recíproca entre los países.
De sobra es conocido sus conceptos a favor del desarrollo sostenible y equitativo, la protección del planeta, y su solidaridad con las causas justas y nobles. Tales preceptos de Fidel junto a los principios antiimperialistas, internacionalistas y anticapitalistas, son estandartes de la Revolución cubana, y estamos convocados a preservarlos y fortalecerlos en bien del futuro del país y de nuestros hijos.
Lo que nos enseña el ejemplo de Fidel ante cualquier coyuntura dramática es a luchar sin descanso y con fe ilimitada en la victoria. ¡Hasta la victoria siempre Comandante!