La Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas desde el 2019 decide proclamar el 7 de junio como el Día Mundial de la inocuidad de los Alimentos; orientado a crear conciencia a todos los niveles, promover y facilitar la adopción de medidas en pro de la inocuidad de los alimentos, sobre la base de principios científicos.
Mantener los alimentos inocuos es un proceso complejo, que comienza en el cultivo y termina con el consumo. Es preciso tomar en consideración todas las etapas de la cadena alimentaria, la producción, almacenamiento, elaboración, manipulación y consumo.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) para proteger la salud de los consumidores, apoyan mediante la cooperación técnica la inocuidad alimentaria a nivel mundial. Por lo general, la FAO aborda los problemas de inocuidad de los alimentos a lo largo de la cadena alimentaria durante la producción primaria, mientras que la OMS establece y jerarquiza los requisitos sanitarios y las implicaciones para la salud pública. Sin embargo, el proceso de garantizar que los alimentos sean inocuos, no termina con la compra; en los hogares, los consumidores deben asegurarse de que lo que consumen sigue siendo inocuo y nutritivo.
La inocuidad de los alimentos es la ausencia, o niveles seguros y aceptables, de peligro en los alimentos que pueden dañar la salud de quienes los consumen. Los peligros transmitidos por los alimentos pueden ser de naturaleza microbiológica, química o física y con frecuencia son invisibles a simple vista; bacterias, virus o residuos de plaguicidas, son algunos ejemplos.
Las Enfermedades Transmitidas por Alimentos (ETA) constituyen un problema para la salud de la población. Todos los días, se reportan casos de personas que contraen enfermedades debido a los alimentos o el agua que consumen y que están contaminados por microorganismos, gérmenes patógenos y/o químicos tóxicos que incluso pueden llegar a causar la muerte, afectando principalmente a la niñez, la adolescencia, mujeres embarazadas, personas inmunosuprimidas y de la tercera edad.
El agua y los alimentos son seguros cuando no tienen microorganismos peligrosos (bacterias, virus, parásitos u hongos), químicos (alérgenos, residuos de medicamentos veterinarios, agroquímicos o toxinas) o agentes físicos externos (tierra, pelo, insectos, etc.) que constituyen un riesgo para la salud. Un alimento seguro es llamado también inocuo.
En Cuba la salud es un derecho, no se trata solo de curar, sino de prevenir. La inocuidad de los alimentos resulta una responsabilidad compartida, entre productores, distribuidores y comercializadores que deben cumplir los requisitos sanitarios establecidos, y las autoridades regulatorias que exigen su cumplimiento.
En el actual contexto del país se enfatiza en la importancia de este tema como parte de la actualización del modelo económico y social, si se tiene en cuenta que la oferta de productos elaborados tiene un gran peso en los trabajadores por cuenta propia, por lo cual es imprescindible enfatizar en la necesaria inocuidad para preservar la salud. En este sentido y para garantizar su seguimiento, cumplimiento e impacto, se elaboró y aprobó una política para este fin.
Sin embargo en los momentos que se está viviendo en el país causado por la COVID 19, el proceso de garantizar que los alimentos sean inocuos para comer no acaba con la compra de los mismos, sino que en casa, la familia debe asegurarse de que lo que comen sigue siendo seguro.
5 claves para la Inocuidad de los Alimentos.
- Mantener la limpieza para evitar la contaminación.
- Separar los alimentos crudos y los cocinados para que no se contaminen entre sí.
- Cocinar completamente los alimentos para matar los microorganismos.
- Mantener los alimentos a temperatura segura calor o frio para que las bacterias no proliferen.
- Use agua y materias primas seguras.