Cada 10 de mayo se celebra el Día Mundial del Lupus, desde el 2004 que se presentó por primera vez durante una rueda de prensa realizada en el VII Congreso Internacional de Lupus Eritematoso Sistémico y otras Enfermedades Relacionadas, en la Ciudad de Nueva York. Desde entonces, este día se celebra anualmente a nivel internacional con énfasis en la mejora de los servicios de salud ofrecidos a los pacientes que padecen la enfermedad y la realización de estudios epidemiológicos sobre su impacto global, el desarrollo de investigaciones sobre las causas, tratamiento y la mejora en su diagnóstico.
El Lupus es una patología crónica que en la actualidad aqueja a un gran número de personas en distintos países del mundo. Es una enfermedad autoinmune que actualmente no tiene cura, va deteriorando de manera progresiva los tejidos del cuerpo y puede ocasionar la muerte.
La causa de esta enfermedad es desconocida, aunque varios estudios la relacionan con factores ambientales como la exposición al sol, algunas infecciones, situaciones estresantes, alteraciones hormonales entre otras hipótesis.
Al ser una enfermedad autoinmune (el sistema inmunitario del enfermo de Lupus ataca a su propio organismo creyendo que es una amenaza), muchos de los pacientes tienen órganos afectados, dolores en articulaciones y mucho cansancio, pero al exterior lucen saludables.
Ninguna persona está exenta de padecer la enfermedad, aunque las mujeres son las que más la padecen. Afecta tanto a personas jóvenes como adultas, siendo la edad promedio entre los 15 y los 45 años aproximadamente y su detección resulta complicada ya que los síntomas varían de una persona a otra y pueden ser similares a los de otras patologías.
La Fundación Lupus de América estima que 1.5 millones de estadounidenses y al menos 5 millones de personas alrededor del mundo tienen una forma de Lupus. En Cuba la prevalencia estimada es de 60 enfermos por cada 100 000 habitantes.
En nuestro país cuando algún paciente se manifiesta de esta manera (fiebre sin causa identificada, decaimiento, pérdida de peso, lesiones en la piel fundamentalmente en las áreas más expuestas a la luz solar como mejilla, nariz; caída del cabello, inflamación articular, entre otras), de inmediato se realizan los estudios inmunológicos que unido a la valoración clínica, permiten establecer con rapidez el diagnóstico.
Los enfermos de Lupus conviven con buena calidad de vida, pues existen los fármacos disponibles y el acceso gratuito a las instituciones médicas. Un diagnostico precoz y un tratamiento correcto pueden ayudar a reducir los efectos incapacitantes de la enfermedad.
Aunque no se trata de una enfermedad rara, el Lupus es una enfermedad aun por visibilizar. Aumentar la sensibilización de la población acerca de este tema contribuirá a salvar muchas vidas.