Los coronavirus son una extensa familia de virus que pueden causar enfermedades tanto en animales como en humanos. En los humanos, se sabe que varios coronavirus causan infecciones respiratorias que pueden ir desde el resfriado común hasta enfermedades más graves. Esta nueva enfermedad llamada COVID-19 por su terminología en Inglés, es una Infección Respiratoria Aguda, causada por el coronavirus SARS-CoV-2. Tanto el nuevo virus como la enfermedad eran desconocidos antes de que apareciera el brote en Wuhan, en China, en diciembre de 2019.
Los síntomas más comunes son fiebre, tos seca y dificultad para respirar. Algunos pacientes pueden presentar malestar general, escalofríos, obstrucción nasal, secreción nasal, dolor de garganta y diarrea, entre otros. Estos síntomas suelen ser leves y aparecen de forma gradual. También puede suceder que algunas personas se infecten, pero no desarrollen ningún síntoma. La mayoría de las personas (alrededor del 80%) se recupera de la enfermedad sin necesidad de realizar ningún tratamiento específico. Alrededor de una de cada seis personas que contraen el virus desarrolla una enfermedad grave y tiene dificultad para respirar. Los adultos mayores y las personas que padecen otras afecciones médicas, como hipertensión arterial, problemas cardiacos, diabetes, enfermedad pulmonar crónica, tienen más probabilidades de desarrollar una enfermedad grave. Alrededor del 3% de las personas que han contraído la enfermedad han fallecido.
Una persona puede contraer la enfermedad por contacto con otra que esté infectada por el virus. La enfermedad puede propagarse de persona a persona a través de las goticas procedentes de la nariz o la boca que hayan sido esparcidas por una persona infestada con el virus al toser, estornudar, escupir o hablar. También puede propagarse al ponerse en contacto con objetos y superficies contaminadas con estas secreciones, es decir, que, si las personas que no están enfermas tocan estos objetos o superficies y luego se tocan los ojos, la nariz o la boca pueden contraer la enfermedad.
El período de incubación, que es el tiempo que transcurre entre la infección por el virus y la aparición de los síntomas de la enfermedad, se estima que oscila entre uno y 14 días, y en general se sitúa en torno a los cinco días.
En Cuba, hasta la fecha, se han diagnosticado solamente 3 casos de COVID-19, los cuales se mantienen controlados y estables. Se sigue reforzando el control sanitario y la vigilancia epidemiológica en puertos, aeropuertos y marinas, para evitar su entrada y transmisión en el territorio nacional. No obstante, se advierte a la población sobre el alto riesgo que tiene el país de que en algún momento pueda detectarse la enfermedad, teniendo en cuenta la situación epidemiológica a nivel mundial.
Hasta el momento no hay vacunas ni tratamientos específicos para prevenirla, pero sí podemos adoptar algunas medidas para reducir el riesgo de infección:
- Lavarse las manos regularmente con agua y jabón.
- Cubrirse la boca y la nariz al toser o estornudar con el ángulo del codo o con servilleta de papel y desecharla de inmediato.
- Evitar tocarse con las manos los ojos, la nariz y la boca.
- Limpiar y desinfectar los objetos y las superficies que se tocan frecuentemente con solución desinfectaste a base de hipoclorito de sodio.
- Mantener la ventilación natural de las habitaciones y locales.
- Aunque no se ha confirmado el posible origen animal de la COVID-19, se recomienda mantener la higiene y evitar el contacto directo con los mismos.
- Cocinar bien las carnes y los huevos.
Otros Consejos de Salud que pudiéramos seguir son los siguientes:
- Mantenerse informado sobre el comportamiento de la enfermedad a través de las autoridades de salud pública y de los medios de comunicación, como la radio, la televisión y la prensa.
- Ante cualquier síntoma de la enfermedad acuda de inmediato al médico y siga las instrucciones de las autoridades sanitarias locales.
- Evite viajar si tiene síntomas respiratorios.
- Si usted o un familiar arriba al país de alguna zona con trasmisión, cumpla las medidas orientadas por el personal de salud de los aeropuertos, puertos o marinas y acuda al médico de la familia.
- Mantenga una distancia entre uno y 2 metros entre usted y cualquier persona que presente síntomas respiratorios.
- Si está enfermo, quédese en casa, trate, de ser posible, dormir separado del resto de la familia y separe sus utensilios y cubiertos para comer.
- Si usted no tiene síntomas respiratorios, no es recomendable que use nasobuco o mascarilla para protegerse de las enfermedades respiratorias.
- Deben usar nasobuco las personas que muestren síntomas, con el fin de ayudar a evitar el contagio de la enfermedad a otras personas.
- El uso de mascarillas o nasobuco es también esencial para los trabajadores de la salud y las personas que cuidan de alguien en entornos donde haya un contacto cercano (en el hogar o en un centro de atención médica).
- Los antibióticos no se deben utilizar, ya que no son eficaces contra los virus.
- Los organismos, organizaciones y la población deben colaborar para identificar personas con síntomas respiratorios sin atención médica, declarándolo a las autoridades de salud.