Cada año se conmemora el Día Mundial de la Lepra, el último domingo de enero. Este día se celebró por primera vez oficialmente el 31 de enero 1954, tras movilizaciones y manifestaciones promovidas por Raoul Follereau en favor de los enfermos de lepra. Su objetivo era sensibilizar sobre la existencia de esta enfermedad y alejar la imagen negativa que se tenía de los afectados.
La celebración este año, corresponde al domingo 26 de enero, bajo el lema “Estigma y derechos humanos para las personas afectadas por la lepra”. Esta será una jornada para llamar la atención acerca de este problema de salud del cual se continúan notificando casos nuevos cada año.
Desde la antigüedad los enfermos han sido estigmatizados por los mitos relacionados con la enfermedad, su trasmisión y las secuelas que produce. El desarrollo científico de la medicina, en particular las acciones de promoción de salud y prevención de la enfermedad, daños y discapacidad junto a la disponibilidad de servicios de atención especializados descentralizados contribuyen al diagnóstico precoz, tratamiento y curación de la enfermedad sin secuelas importantes. Ante este problema de salud es necesario considerar que;
• la lepra con tratamiento se cura
• la lepra deja de ser contagiosa desde las primeras dosis de tratamiento
• la lepra si se diagnostica y se trata a tiempo no produce deformidades, ni discapacidad, siendo esta la mejor estrategia para eliminarla como problema de salud.
Ante cualquier síntoma o signo, fundamentalmente en la piel, es importante acudir al médico de familia y dermatólogo. El estigma limita el acceso de las personas a los servicios, pues ante el temor a ser marginadas o discriminadas se aíslan y no buscan ayuda médica. En Cuba la prevención y control de la enfermedad es prioridad del Ministerio de Salud Pública y se basa en un enfoque de derechos y justicia social. Todas las personas afectadas por la lepra tienen la garantía de tratamiento gratuito, seguimiento y control en la Atención Primaria de Salud.
Educarnos en el autoexamen de nuestro cuerpo, la búsqueda oportuna de atención médica y la adherencia a las indicaciones del equipo de salud, son de las acciones fundamentales para su diagnóstico precoz, tratamiento exitoso, impedir la transmisión de la enfermedad y de esta forma prevenir la discapacidad y favorecer la curación. Recordemos que la lepra es prevenible y curable, y que el estigma margina a las personas afectadas, limitando así el ejercicio de sus derechos humanos fundamentales de ser atendidos por un equipo de salud y recibir tratamiento.