Más de mil espectadores observaban expectantes cuando este domingo abrió el telón de la Sala Avellaneda del Teatro Nacional de Cuba. El escenario se iba llenando de adolescentes con instrumentos musicales. Era la orquesta Jazz Band del Conservatorio Amadeo Roldán de La Habana la que inició con brillantes interpretaciones. Le siguieron los niños y niñas del taller de la Colmenita de Plaza de la Revolución, vestidos cual abejas laboriosas, iniciaba así el espectáculo De flor en flor contra el mosquito malhechor, auspiciado por Prosalud, para sensibilizar a la población sobre la importancia de controlar el mosquito Aedes aegypti.
Con su alegría, colorido y desempeño virtuosos los niños y niñas convocaron a sus amigos cubanos y de América a combatir a un mosquito muy malvado que mucho mal ha causado. Explicaron cómo evitar criaderos y los riesgos de padecer enfermedades como el dengue, el zika, el chikungunya y la fiebre amarilla.
La clave está en prevenir y ¡No lo dejemos volar!, fueron los mensajes centrales de la obra, aderezados con la promoción de valores como la responsabilidad social y el compromiso con la salud de los niños y niñas del futuro.
Otra vez el lenguaje del arte devino promotor de un mensaje de salud como parte de la campaña Cuida tu sueño para la prevención del zika en adolescentes cubanas, y a juzgar por el regocijo del público que cantó, bailó y recibió de manos de los pequeños actores y músicos pegatinas impresas con mensajes de salud, así fue.
Todo comenzó cuando el interés de Prosalud de encontrar nuevas formas de comunicar sobre la prevención de las arbovirosis, acudió a la Compañía de Teatro La Colmenita y a su director Carlos Alberto Cremata, para llegar al público con la voz conmovedora de sus pequeños embajadores del bien, con una obra de teatro que debía aunar esfuerzos y remover conciencias.
La obra fue estrenada a propósito de la Reunión Regional Regional para la Estrategia de Vigilancia y Control de las Arbovirosis celebrada en La Habana con la presencia de representantes de 30 países y auspiciada por la Organización Panamericana de la Salud, desde entonces se ha representado en varios escenarios y llegaba el momento de hacerlo para el público niños, niñas y adolescentes para la cual fue concebida.
Surgió así un polvorín de buenas voluntades que hicieron posible este espectáculo, al que se le adiciona una orquesta infantil, una versión de televisión para el disfrute de los telespectadores cubanos, un guión impreso de la obra para facilitar que los instructores de arte del Sistema de Educación, las Casas de Cultura y los talleres de La Colmenita, puedan comenzar su representación en las comunidades y sobre todo en los barrios recientemente afectados por el huracán Irma.
Entonces queda a Prosalud agradecer, otra vez, a ese esfuerzo unido y comprometido de tantos actores sociales: al Ministerio de Salud Pública, la Compañía de Teatro La Colmenita, al Consejo Nacional de Artes Escénicas, al Teatro Nacional de Cuba, al Conservatorio de Música Amadeo Roldán, al Instituto Cubano de Radio y Televisión, a Cinesoft, a Unicef, a la Organización Panamericana de la Salud y a tantos creativos, productores, profesionales de la salud, padres, madres y pequeños promotores y promotoras de salud que hacen que la salud vuele de flor en flor.
Por Alina Pérez.
La Habana. 6 de noviembre de 2017