El mapa de los riesgos sanitarios globales se redibuja aceleradamente. En 2025, mientras las fronteras se abren, las amenazas a la salud evolucionan con virulencia inédita. Para el viajero contemporáneo, entender estos patrones no es cautela, es imperativo. El cambio climático amplifica eventos extremos, lluvias récord, incendios e inundaciones, saturan infraestructuras débiles y catalizan enfermedades. Ejemplo de ello ocurre hoy en las Américas; según datos aportados por la OPS, la fiebre amarilla registra el aumento de más de ocho veces en los casos confirmados en 2025 (221 casos, incluidas 89 defunciones) con respecto al pasado año. Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador y Perú concentran los casos, teniendo como dato crítico que la mayoría de los afectados no estaban vacunados. La cobertura, que ya estaba por debajo del 95% recomendado por la OMS, cayó drásticamente en el período post-COVID.
Paralelamente, la OMS declaró en agosto de 2024 una Emergencia de Salud Pública Internacional por viruela del mono, con más de 37 000 casos, reportados hasta junio del actual año, según datos ofrecidos por su director general. Lo anteriormente expuesto son sólo algunos ejemplos que muestran la importancia de conocer la situación epidemiológica a la que se puede exponer, y exponer a las personas que se encuentran a su alrededor.
Algunas medidas relacionadas con cuidados a la salud, que se deben tomar antes de viajar:
– Reforzar medidas de higiene y alimentación saludables: en muchas ocasiones estará expuesto a alimentos no habituales para usted, por lo que resultará vital prestar especial atención a las condiciones higiénicas del sitio donde se elabora y consume el alimento que desee. Recuerde siempre beber y cepillarse con agua hervida o embotellada sellada.
– En climas cálidos o con altas temperaturas, mantenerse bien hidratado es una sabia opción y evitar largo tiempo de exposición al sol ayudará a prevenir lesiones en piel.
– Prevención de accidentes, incluidos de tránsito: al enfrentarse a un entorno diferente al acostumbrado, puede dar al traste con lamentables sucesos, teniendo estadísticas significativas que los respaldan, por lo que es prioridad estar siempre alerta y tomar precauciones para disminuir el riesgo de accidentes.
– Disponer de un botiquín básico que debe incluir medicación esencial como los antidiarreicos, sales de rehidratación, antitérmicos y un equipo de protección formado por termómetro, mascarillas sanitarias o nasobucos y jeringuillas estériles para emergencias.
– Evitar contacto con animales salvajes y carne de caza en zonas con reportes de viruela símica.
– En regiones con alto índice de infestación por mosquitos o casos reportados de arbovirosis, usar mosquiteros, ropa que proteja la mayor superficie de nuestro cuerpo, repelentes, existencia de mallas en ventanas, o cerrarlas al atardecer, para disminuir el paso de estos vectores.
– Acudir inmediatamente al centro de salud ante alguna sintomatología sospechosa de enfermedad infecciosa, como fiebre, dolor muscular, dolor de cabeza, vómitos frecuentes, dolor abdominal, sangrado.
– Vacunación: el tipo de vacunas depende del país de destino y de sus antecedentes médicos. Las más habituales son tétanos, difteria, poliomielitis, fiebre tifoidea, hepatitis A y B, fiebre amarilla, rabia y meningitis. Para el viajero, plataformas de la OPS ofrecen mapas de riesgo en tiempo real. Pero la tecnología no sustituye la consulta especializada: acudir a un Centro de Vacunación Internacional 4 – 6 semanas antes del viaje reduce los riesgos de enfermarse.
En la evaluación de riesgos emitida el 23 de mayo, la OPS hace un llamado a la necesidad de reforzar la vigilancia, la vacunación de las poblaciones en riesgo y las estrategias de comunicación, a fin de garantizar la provisión de asesoría en salud pública para las comunidades afectadas y las personas que viajan a zonas donde se recomienda la vacunación.
Viajar hoy exige escepticismo ante lo desconocido, data epidemiológica y de preparación. Con muertes por fiebre amarilla y miles de casos infectados con viruela del mono en el último año, la prevención ya no es opcional, es un contrato ético con la comunidad global. El viajero ilustrado no teme fronteras; las descifra con ciencia y las cruza con respeto.
Las normas pueden cambiar según la evolución epidemiológica, por lo que se recomienda verificar actualizaciones oficiales antes de viajar.
Dra Yeisel Ramírez Arias.