Los alimentos contaminados pueden causar una amplia gama de enfermedades desde una intoxicación alimentaria leve hasta enfermedades grave que conlleven a la muerte. En un mundo donde la globalización y el cambio climático afectan nuestras cadenas de suministro, es esencial unir esfuerzos para prevenir enfermedades transmitidas por los alimentos y promover prácticas seguros en la producción y consumo. La inocuidad alimentaria es un pilar fundamental para la salud pública. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año, casi 600 millones de personas se enferman tras consumir alimentos contaminados, lo que representa aproximadamente 1 de cada 10 personas en el mundo. Las consecuencias de estas enfermedades no solo afectan la salud individual, sino que también tienen un impacto significativo en las economías y los sistemas de salud. Leer más