Desde la antigüedad los seres humanos han buscado la forma de explicarse las enfermedades mentales, que podrían estar en el origen de los comportamientos diferentes. Estas diversas visiones iban, desde dioses que se apoderaban de la mente del individuo hasta el diablo que tomaba el control del alma del pecador. Por tanto, la enfermedad mental adquirió un tiente negativo, oscuro, que se instauró como un estigma hasta que la psiquiatría y más recientemente, la psicología, han venido a corregir esta realidad.
Desde esta lógica, se entiende un estigma, como la visión negativa que tienen otros, por alguna característica distintiva o por un rasgo personal que se considere una desventaja. En la actualidad, las creencias y las actitudes negativas hacia las personas que tienen alguna afección de la salud mental, todavía son frecuentes. No por gusto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que el estigma relacionado con la mala salud mental es el mayor obstáculo de las personas que buscan tratamiento. Leer más