En un mundo en el que el número de personas afectadas por el hambre ha aumentado lentamente desde 2014 y en el que cada día se pierden o desperdician toneladas y toneladas de alimentos, es fundamental reducir las pérdidas y el desperdicio. El Día Internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, es una jornada que se celebra anualmente el 29 de septiembre desde 2020, proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2019, a propuesta de Andorra y San Marino. Esta proclamación tiene como objetivo concienciar sobre la importancia de reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos para mejorar la seguridad alimentaria y nutricional y promover la sostenibilidad de los sistemas alimentarios. Además , busca llamar la atención del sector público y privado, así como de la sociedad en general, sobre la necesidad de adoptar medidas integradas que permitan reducirlas , fomentando innovaciones y buenas prácticas, reforzando la importancia de esta cuestión en el contexto de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que pretende reducir a la mitad el desperdicio mundial de alimentos per cápita en los niveles minorista y de consumo, y reducir las pérdidas de alimentos a lo largo de las cadenas de producción y suministro.
Las actividades típicas de la celebración incluyen campañas de sensibilización, conferencias, seminarios, y la promoción de prácticas sostenibles en la cadena de suministro de alimentos. Además, se destacan las iniciativas para mejorar la infraestructura de transporte y almacenamiento, y la adopción de tecnologías innovadoras para prevenir el desperdicio. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) son las principales agencias que lideran esta celebración. La FAO se centra en la medición y reducción de la pérdida de alimentos, mientras que el PNUMA promueve la reducción del desperdicio alimentario a nivel de consumo en los hogares.
Este Día Internacional en este año 2024, hará hincapié en la necesidad crítica de financiación para impulsar los esfuerzos encaminados a reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos, contribuir al logro de los objetivos climáticos y avanzar en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Cuando se pierden o desperdician alimentos, todos los recursos que se utilizaron para su producción -como el agua, la tierra, la energía, la mano de obra y el capital- se desaprovechan. Además, la eliminación de los alimentos perdidos o desperdiciados en vertederos genera emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), lo que contribuye al cambio climático. La pérdida y el desperdicio de alimentos también pueden tener repercusiones negativas en la seguridad alimentaria y la disponibilidad de alimentos, y contribuir a aumentar el costo de la alimentación.
Nuestros sistemas alimentarios no pueden ser resilientes si no son sostenibles. De ahí la necesidad de centrarse en la adopción de enfoques integrados concebidos para la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos.
¿Sabías que…?
Mientras que 735 millones de personas sufren hambruna, el desperdicio y la pérdida alimentaria generan entre un 8 y un 10% de los gases de efecto invernadero convirtiéndose en un importante foco en la producción de metano.
Se estima que una tonelada de gas metano equivale a entre 28 y 36 toneladas de dióxido de carbono si se analiza su impacto a lo largo de 100 años.
¡La comida es el mayor regalo de nuestro planeta, actúa ahora por la salud, Desperdicio cero!