En la infancia la piel no ha completado su desarrollo y no existen los mecanismos de defensas con los que cuentan los adultos frente a agresiones externas como el frio, calor, químicos nocivos, radiaciones solares, entre otros. La piel infantil tiene mayor superficie cutánea en relación a su peso corporal que la de los adultos, además tiene menos capacidad de síntesis de melanina, sustancia que da pigmento a la piel y la protege de los efectos de la radiación ultravioleta de la luz solar. Tampoco en esta etapa han desarrollado por completo la capacidad de regular la temperatura corporal.
Con el verano ya instalado, es el momento de recordar que la exposición desmedida al sol, en tiempo y horarios de gran intensidad en el día, puede tener graves consecuencias para la salud actual y futura de nuestros infantes.
Para un buen cuidado de su piel, les aconsejamos:
⦁ Los menores de un año no deben exponerse directamente al sol.
⦁ Evitar la exposición solar en horas centrales del día.
⦁ Por debajo de los seis meses no usar protector solar.
⦁ Siempre protégelos con ropas adecuadas y sombrillas.
⦁ Asegurarnos de su buena hidratación, con una correcta ingesta de líquidos, excepto si se alimenta con lactancia materna.
⦁ Cuidar la higiene de su piel.
Los efectos dañinos del sol sobre la piel son acumulativos e irreversibles, ya que “la piel tiene memoria”. Recuerda que los niños están más expuestos a los efectos dañinos del sol en su piel.
Dra. Olga Lidia Revilla Vidal