En el año 2019 la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO ) estableció el 24 de enero como el Día Mundial de la Cultura Africana y de los Afrodescendientes correspondiendo con la aprobación de la Carta para el Renacimiento de la Cultura Africana. El objetivo es destacar el papel fundamental de estas culturas como herramientas efectivas para impulsar el desarrollo sostenible, fomentar el diálogo y fomentar la paz. Esta efeméride conmemora las diversas y vibrantes expresiones culturales presentes en el continente africano y entre las comunidades afrodescendientes en todo el mundo. Además, este 2024 finaliza el Decenio Internacional para los Afrodescendientes que se comenzó en 2015 bajo el lema “Afrodescendientes: reconocimiento, justicia y desarrollo”.
Se estima que aproximadamente 200 millones de personas en las Américas se identifican como descendientes de africanos, enfrentando condiciones de pobreza y marginación. Su situación a menudo es invisible, y los esfuerzos por reparaciones son insuficientemente reconocidos. La cultura africana y afrodescendiente desempeña un papel fundamental a nivel global, enriqueciendo la diversidad cultural y contribuyendo a la herencia histórica de la humanidad. Representa no solo una expresión artística única, sino también la resistencia ante desafíos históricos como la esclavitud y la discriminación racial. Estas culturas ofrecen una fuente poderosa de identidad y autoafirmación para las comunidades afrodescendientes.
En Cuba la herencia africana no solo se refleja en nuestro arte, en la música, en la piel, sino también en nuestras tradiciones culinarias, en la forma en que vestimos y hasta en la valentía con la que los cubanos asumimos cada proyecto que nos planteamos y cada batalla que se nos presenta. Cuba respira África. Desde nuestra mirada al abordar el tema se fomenta el diálogo intercultural, se contribuye al desarrollo sostenible y, al reconocer su valor, se construyen sociedades más inclusivas y equitativas. La cultura africana y afrodescendiente no solo inspira la creatividad artística a nivel global, sino que también sirve como recordatorio de la historia, promoviendo la conciencia histórica y abogando por la justicia.
Celebrar estas culturas es esencial para combatir la discriminación racial, promover la participación política y social, y construir un mundo más justo e igualitario. La importancia de la cultura africana y afrodescendiente trasciende fronteras, contribuyendo a la construcción de una sociedad global más consciente, diversa y respetuosa de su patrimonio.