Un escudo contra epidemias y pandemias

En días pasados el Instituto de Medicina Tropical ¨Pedro Kourí¨ (IPK), centro que constituye una de las piezas angulares para contener el impacto de las enfermedades infecciosas en Cuba, cumplió 86 años de fundado. Su altísimo nivel científico y el rol que ha jugado frente a eventos sanitarios complejos como dengue, VIH/sida, cólera, AH1N1 o COVID-19, hacen que la población sienta orgullo de esta institución, tenga confianza plena en sus especialistas y participe activamente en las acciones que este lleva a cabo. El 8 de diciembre de 1937, el profesor Pedro Kourí funda en la Universidad de la Habana, el Instituto de Medicina Tropical, un centro que desde sus inicios goza de reconocimiento nacional e internacional y que a partir del fallecimiento de su fundador en 1964, lleva su nombre.

 

 

 

 

 

 

Dedicado a la medicina tropical, la microbiología médica, la parasitología, la infectología y la epidemiología de las enfermedades transmisibles; el IPK tiene la misión de promover y desarrollar la investigación científica y la innovación tecnológica en la prevención, control y eliminación de las enfermedades infecciosas. Adicionalmente ofrece servicios especializados y de alta tecnología para la vigilancia epidemiológica, asistencia médica especializada y docencia de pre y post-grado, con vistas a mejorar la calidad de vida de la población cubana y del resto de la comunidad internacional.

Gracias a la política del Estado, el financiamiento que desde el nivel central se dedica al mantenimiento de la instalación y la colaboración lograda con organismos y organizaciones internacionales (OMS, TDR, OPS, Fondo Mundial, PNUD, OIEA, Unión Europea, IMT-Amberes-Bélgica, Agencia Francesa para el Desarrollo, IDRC- Canadá, VLIR/ Univ Cat de Leuven-Bélgica, MediCuba- Suiza NVRL-UCD/Irlanda, NIHE/Vietnam, el Instituto Pasteur de Francia, IANPHI, CARE/Japón, por solo mencionar algunas) para el fortalecimiento de capacidades técnicas e infraestructurales, esta entidad ha logrado sortear los efectos del bloqueo y mantener formados científicos y otros profesionales de talla mundial.

Frente a la reemergencia y emergencia de las enfermedades infecciosas, Cuba puede contar con este instituto, que se erige siempre en la primera línea del enfrentamiento. La alerta oportuna, el diagnóstico temprano, la identificación de los agentes causales y la propuesta de estrategias para su prevención y control constituyen parte de los principales aportes que el centro entrega a la nación. La atención especializada de los pacientes con VIH/sida en los primeros años de la epidemia, las nuevas guías clínicas para dengue, la evaluación de las vacunas cubanas contra la COVID-19, son todos resultados que tienen en su ADN la marca del IPK.

El pueblo confía en el IPK y en sus especialistas, se deja conducir y participa en las investigaciones básicas y aplicadas que este conduce a lo largo del territorio nacional y sobre todas las cosas siente que está seguro gracias a su protección y se enorgullece de sus profesionales.

Desde Prosalud los conminamos a que continúen siendo ese escudo protector que por mucho tiempo han sido para la población cubana. Les damos las gracias infinitas por su trabajo y les enviamos nuestras más sinceras felicitaciones en su Aniversario 86!!!!