La Iniciativa Mundial contra la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (GOLD) organiza anualmente el Día Mundial de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) el segundo o tercer miércoles de noviembre para promover en el mundo una profunda comprensión de la enfermedad y una mejor atención a los pacientes. La EPOC es la tercera causa de muerte en el mundo, en 2019 ocasionó 3,23 millones de defunciones, casi el 90% de las muertes por EPOC en menores de 70 años se producen en países de ingreso mediano y bajo. Constituye la séptima causa de mala salud en todo el mundo (medida por años de vida ajustados en función de la discapacidad).
Es una enfermedad pulmonar común que reduce el flujo de aire y causa problemas respiratorios. En ocasiones se utilizan los términos «enfisema» o «bronquitis crónica» para referirse a ella y se caracteriza por síntomas respiratorios persistentes secundarios a la exposición crónica a partículas. Sus síntomas más frecuentes son la disnea (falta de aire), la expectoración anormal y la tos crónica, que suelen aparecer a partir de la mediana edad. A medida que se agrava la enfermedad, resulta más difícil realizar las actividades cotidianas habituales, como subir unos cuantos escalones o llevar una maleta, a causa de la falta de aire. La enfermedad puede tener consecuencias económicas considerables debido a la limitación de la productividad en el trabajo y en el hogar.
Las causas más comunes de la enfermedad son el tabaquismo y la contaminación del aire. Las personas con EPOC tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas, cáncer de pulmón entre otras afecciones. Evoluciona gradualmente, a menudo debido a varios factores de riesgo asociados, como son la exposición al tabaco por fumar o por exposición pasiva al humo ajeno, exposición ocupacional a polvos, humos o sustancias químicas, contaminación del aire en interiores, niveles elevados de exposición al humo (madera, estiércol, residuos de cultivos), eventos en la vida fetal y los primeros años de vida, como el retraso del crecimiento intrauterino, la prematuridad y las infecciones respiratorias frecuentes o graves en la infancia, que impiden que los pulmones se desarrollen por completo; el asma en la infancia y déficit de alfa-1 antitripsina, enfermedad congénita rara que puede provocar EPOC a una edad temprana.
El daño ocasionado por la EPOC es irreversible, pero diagnosticada en su primer estadío y con un tratamiento adecuado se pueden atenuar los síntomas y mejora el funcionamiento de los pulmones. Aunque esto depende también de otros factores individuales como padecer de otras enfermedades como hipertensión arterial, diabetes mellitus, asma bronquial, entre otras.
La EPOC no tiene cura, pero es prevenible. La mejor manera de prevenirla es dejar de fumar; o, si no fuma, no comenzar a hacerlo, el tabaquismo es la principal causa, evitar la exposición a sustancias irritantes pulmonares que pueden contribuir a su desarrollo, polvos, vapores, humo de la quema de leña, carbón, combustibles y sustancias químicas en el trabajo o en el hogar, así como realizar ejercicios respiratorios y físicos (caminar, correr, nadar, bailar o salir en bicicleta, entre otros) para aumentar la capacidad pulmonar.
No lo pienses más y comienza ahora, la prevención es una forma de invertir en salud. ¡Invierte y gana!