La higiene hace referencia a la rama de la medicina que tiene como fin la prevención de enfermedades y la conservación de la salud, ya sea visto desde los aspectos personales como los ambientales. Concretamente el término higiene se refiere a aquellas prácticas que incluyen la limpieza y aseo personal de hogares y espacios públicos. La higiene es una práctica que debería adquirir gran importancia en la vida de los seres humanos ya que la ausencia de la misma puede acarrear importantes consecuencias negativas para el organismo y la sociedad en su conjunto. La higiene es necesaria para que podamos vivir con una buena calidad de vida.
Gracias a la concepción de la higiene como ciencia han sido prevenidas muchas enfermedades y en muchos casos los porcentajes han disminuido de manera notable, como sucedió en la pandemia de la COVID-19, donde las medidas higiénicas fueron y continúan siendo fundamentales para su control y enfrentamiento. En la actualidad la se puede afirmar que la higiene pública es aquella en cuya aplicación interviene la autoridad, la que adopta medidas colectivas para el saneamiento de comunidades, entendiéndose así aquellas actividades encaminadas a mejorar o mantener el estándar de las condiciones ambientales básicas para que no se afecte el bienestar y la salud de las personas.
La higiene ambiental implica el cuidado de los factores químicos, físicos y biológicos externos a la persona. Se trata de factores que podría incidir en la salud por lo tanto, el objetivo de la higiene ambiental es prevenir las enfermedades a partir de la creación de ambientes saludables. También se encarga de disminuir o eliminar las plagas y es que contar con plagas de roedores o cucarachas, por ejemplo, puede ser un problema que derive en grandes focos de enfermedades.
Dentro de las causas fundamentales de contaminación o deterioro de la higiene ambiental están los residuos domésticos o basura, que son aquellos que se generan en el hogar. En la actualidad hay un incremento de los mismos por diferentes causas, desde la indisciplina social hasta los problemas económicos que enfrentamos, por lo que se debe realizar una correcta disposición final de los desechos, es decir depositarlos en los recipientes dispuestos para ese fin (contenedores). Así evitamos la contaminación ambiental y estamos contribuyendo a que las vidas de todos los seres vivos del planeta sean mucho más sanas, impidiendo la aparición y proliferación de vectores, roedores, entre otros.
Generalmente estos desechos son de tipo sólidos, los que se generan en el hogar y se clasifican según su composición en:
– Residuos sólidos biodegradables: son aquellos derivados de la alimentación y de la cocina, tales como sobras de alimentos y similares.
– Materiales sólidos reciclables: en este grupo pueden clasificarse el papel, el vidrio, las botellas, plástico, latas, metales, etc.
– Residuos sólidos inertes: son todos aquellos residuos procedentes de la construcción, escombros, piedras, ladrillos, etc.
– Residuos sólidos compuestos: principalmente son las prendas de vestir y algunos juguetes plásticos.
– Residuos sólidos peligrosos: suelen ser desechos tóxicos como medicamentos, aparatos electrónicos, bombillas, tubos de luz, fertilizantes, plaguicidas, pilas y baterías.
Por lo tanto contribuir a mejorar la higiene ambiental pasa por adquirir una buena educación ambiental, si tenemos presente que la principal causa de la contaminación del ambiente es el hombre, debemos inculcar a los más pequeños el peligro de este tipo de problema y lo sencillo que puede resultar realizar acciones para erradicar o disminuir la contaminación de las calles, los barrios, las comunidades y en general del medio ambiente que nos rodea.
Por tu salud y la de los demás, cuida la higiene ambiental.
“Juntos por un Medio Ambiente Sano y Equilibrado”
Autor: Lic. Jorge Pulido Agüero. Msc.