La derrota de la invasión mercenaria, comenzó a gestarse desde antes del propio desembarco de más de mil hombres apoyados por tanques, artillería y aviación por Playa Girón y Playa Larga, donde debían establecer un gobierno títere que justificaría la intervención directa de Estaados Unidos. En un clima de euforia generalizada de quienes esperaban una fácil victoria ocurrió la partida de la brigada invasora. Un jefe de la CIA arengó a las tropas, al parecer bajo la presunta idea de que al llegar a tierra tomaran un jeep, avanzaran por la carretera, sacaran la mano como quien va a doblar a la izquierda y llegaran directamente hasta La Habana. La invasión a Playa Girón, tras casi dos años de preparación, se inscribió en los planes agresivos que se pusieron en marcha en 1959 por orden de la Casa Blanca a la CIA para resolver “el problema cubano”. La Operación Pluto comenzó cuando ocho B-26 mercenarios, con insignias cubanas, atacaron por sorpresa el 15 de abril los aeropuertos de Ciudad Libertad, en La Habana; la Base Aérea de San Antonio de los Baños, al sur de la capital; y el Aeropuerto Antonio Maceo, de Santiago de Cuba; con el propósito de acabar con la limitada fuerza aérea revolucionaria, lo que no pudieron lograr. Además, se incluían acciones terroristas en la ciudad y el campo realizadas por las organizaciones contrarrevolucionarias y bandas de alzados; así como guerra psicológica para confundir a la población y a la opinión pública.
Pero aquellas vanas ilusiones se debieron desvanecer al otro día de ser rechazados los ataques a las bases aéreas, cuando el 16 de abril el Comandante en Jefe Fidel Castro declaró durante el entierro de las víctimas de los bombardeos el carácter socialista de la Revolución y se dispuso a luchar al frente de su pueblo con la consigna de Patria o Muerte, con lo cual comenzó a fraguarse la victoria en las arenas de Playa Girón y Playa Larga.
A 24 horas de la invasión, el 17 de abril, las fuerzas revolucionarias se encontraban plenamente movilizadas para enfrentar a los mercenarios. Durante esa madrugada, el primer grupo de milicianos que encontraron los invasores en la costa, no se les sumaron como les prometieron los organizadores del ataque, sino que respondieron con fuego y les hicieron las primeras bajas. Ese fue solo el comienzo y dos días después la batalla final en Playa Girón resultó dirigida personalmente en el terreno por el Comandante en Jefe Fidel Castro, al frente de la columna de tanques y tropas. La victoria de Playa Girón fue una suma de miles de hechos heroicos de gente común de pueblo y soldados, milicianos, trabajadores, campesinos, protagonistas de esa gran epopeya. En alrededor de 66 horas fue abatida la agresión de Playa Girón por héroes y mártires que hicieron posible la victoria, con la cual Cuba demostró por primera vez que era posible vencer al imperialismo más poderoso de la historia y colmó de esperanzas a los pueblos latinoamericanos sumidos en dictaduras apoyadas por Washington. El 19 de abril tendrá siempre gran trascendencia en la historia de nuestra nación. Para el pueblo cubano y su naciente Revolución significó defender la soberanía del país, el suelo sagrado de la patria, defender sus intereses, sus ideales y su proceso socialista.