Mujer, madre, esposa, hija y directora

La actual telenovela cubana Asuntos Pendientes aborda un tema que afecta actualmente a muchas mujeres en Cuba y el mundo. ¿Cómo puede una madre-esposa-hija asumir responsabilidades laborales? Aunque hemos logrado mucho en cuanto a empoderamiento femenino todavía estamos muy lejos de lograr que todas las mujeres tengan la posibilidad de participar en los procesos de toma de decisiones y acceso al poder.

 Las mujeres han sufrido durante milenios situaciones de desigualdad, discriminación social y jurídica, desde que la familia se basó en condiciones económicas y no en condiciones naturales. La situación de las mujeres en el contexto laboral no se puede calificar de análoga a la de los hombres en todos los países. Esta desigualdad se ve reflejada en la dificultad de muchas mujeres para desarrollar una carrera profesional que les conduzca a ocupar puestos de responsabilidad de manera similar a sus compañeros. De hecho, una y otra vez se pone de relieve que en contadas ocasiones las mujeres llegan a la cima,  quedándose estancadas en puestos por debajo de su potencial. Cuanto más alto es el puesto, más nítida es la brecha entre los dos géneros.

Estas diferencias deben identificarse y abordarse con el fin de rectificar aquellas que son prevenibles, remediables y que infringen normas de derechos humanos y de justicia. La equidad de género constituye un instrumento esencial en el desarrollo de políticas con una perspectiva de justicia distributiva y derechos.

En el caso de nuestro país, entre los cambios fundamentales ocurridos a partir del triunfo revolucionario de 1959 se encuentra sin duda la incorporación masiva de la mujer al trabajo y su creciente participación social, que determina que gran número de mujeres alcance su independencia económica, su autonomía y libertad sicológicas. Las políticas y medidas adoptadas en relación con la mujer, encaminadas a lograr y garantizar la igualdad de derechos con el hombre, han repercutido en la esfera económica, política y social y en la vida familiar, contribuyendo  no solo a elevar los ingresos y a mejorar las condiciones de vida de su familia sino que la elevación de su nivel cultural y profesional le ha posibilitado formas más enriquecedoras de ejercer el papel de madre y esposa, facilitándole un mayor intercambio y comunicación familiar y una posición más activa en la toma de decisiones familiares.

Se han promulgado leyes que benefician considerablemente a la mujer. Ejemplo de ello es la Ley de Maternidad, el Código de familia, la fundación de la Federación de Mujeres Cubanas. Por otra parte,  la representatividad femenina en los órganos del poder popular demuestra la influencia de factores relacionados con las características del proceso electoral. Hoy las mujeres son médicas, trabajadoras, científicas, técnicas altamente calificadas en todos los terrenos, paracaidistas, constructoras, ingenieras, administradoras, etc. Las leyes laborales para la mujer en Cuba figuran entre las más avanzadas del mundo.

No obstante todo lo logrado, las investigaciones  acerca del acceso de la mujer a cargos de dirección muestran cómo los factores objetivos de índole socioeconómica, relacionados con la sobrecarga de la mujer en las tareas del hogar y en la responsabilidad con sus hijos y otros familiares, fue la limitante más señalada por la población para el desarrollo pleno del trabajo de la mujer y su  promoción a cargos de dirección.

Los estudios sobre el acceso de la mujer a la toma de decisiones en Cuba se han desarrollado en diferentes áreas de investigación, atendiendo a la presencia femenina en actividades particulares de dirección como las económicas, sociales y políticas. Hacen referencia al poco reconocimiento social que reciben las dirigentes. Su imagen no siempre se proyecta como edificante o ejemplarizante. Por el contrario, se aprecia un mayor peso de aspectos negativos, como el agobio, la desatención familiar, la inestabilidad de la pareja, la soltería, entre otros.

El triple papel de las mujeres, esposa-madre-directiva, representa un problema crucial, puesto que el perfil directivo imperante está asociado a largas horas de permanencia y movilidad geográfica. Es, por tanto,  indispensable un cambio sociocultural que conciba la igualdad de responsabilidades en las tareas cotidianas de la vida familiar, lo que supone no sólo potenciar la creación de condiciones generales dentro de la sociedad que sirvan de plataforma para este propósito, sino trabajar en la esfera educacional y cultural con vistas a preparar tanto al hombre como a la mujer en principios auténticos de igualdad en el marco de la familia.

Tomado de:

Díaz Cuellar FE, Castro Gutiérrez E, Mestre Oviedo J, González Landrián L, Torres Cancino I, Castro Alonso M. La mujer cubana: evolución de derechos y barreras para asumir puestos de dirección. Rev Med Electrón [Internet]. 2017  Oct [citado  2023  Mar  08] ;39(5): 180-1191. Disponible en:

http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1684-18242017000500019