Llevando la atención más cerca de ti

Las hepatitis virales son un problema de salud pública mundial comparable a otras enfermedades transmisibles importantes, como el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), la tuberculosis y el paludismo. Representan una elevada carga de enfermedad y mortalidad a nivel mundial. Reconociendo el importante problema de salud pública que representa, en la 63° Asamblea Mundial de la Salud celebrada en 2010 se ha designado el 28 de julio como el Día Mundial contra la Hepatitis y se hace un llamado global al respecto. Desde entonces, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) se han movilizado para unir esfuerzos y establecer estrategias para combatirla a todos los niveles. El tema para este año es “Llevando la atención más cerca de ti.”

Se estima que el 57% de los casos de cirrosis hepática y el 78% de los casos de cáncer primario de hígado son debido a infecciones por los virus de la hepatitis B o C. Los 5 tipos de virus que la producen (A, B, C, D, E) provocan inflamación del hígado y pueden desarrollar cáncer, cirrosis hepática e, incluso, llevar a la muerte. Los síntomas pueden no manifestarse hasta varios años posteriores a la infección, pero para entonces el hígado debe estar severamente dañado. Estas personas tienen alto riesgo de enfermedad hepática crónica grave y pueden transmitir involuntariamente la infección.

Millones de seres humanos viven con hepatitis virales y millones se encuentran en situación de riesgo por su ya mencionado carácter silencioso en sus primeras fases. El intervalo de décadas entre la infección y la manifestación de la enfermedad hepática crónica o el cáncer hepático hace que la mayoría de los infectados por los virus VHB o VHC no sepan que padecen una infección crónica.

En nuestro país según datos del anuario estadístico publicado en 2020, se refleja que la incidencia por cada 100 000 habitantes fue de 13, 6 más del doble en comparación con el año anterior, 2019, que fue de 5, 2. Lo anterior expresa el riesgo de contagio que tiene la población cubana.

También se sabe que las cirrosis y otros padecimientos del hígado de encuentran en la posición número 9 entre las causas de muerte en la isla, en el 2020 la incidencia era de 18,1, siendo el riesgo siempre mayor en hombres que en mujeres, se dice que es 4,6 veces más en ellos que en ellas. Y, tristemente, las previsiones van al aumento gradualmente.

Un enfoque integral para su prevención y el control incluiría:

  • Realizar en la comunidad acciones de sensibilización y concientización sobre todos los tipos de hepatitis virales.
  • Mantener las medidas higiénicas en todo momento, lavado de manos, consumo de alimentos y agua salubres y no compartir artículos personales.
  • Vacunar a la población contra las infecciones por el VHB.
  • Garantizar la calidad de toda la sangre donada y de los hemoderivados que se utilizan en las transfusiones.
  • Controlar las infecciones en los establecimientos sanitarios y en la comunidad para obstaculizar el contagio.
  • Usar inyecciones seguras para evitar la infección por el VHB y el VHC.
  • Prácticas sexuales menos peligrosas, que incluyen minimizar el número de compañeros sexuales y utilizar métodos de protección de barrera (condones).
  • Aplicar las medidas de seguridad del trabajo para prevenir la transmisión de las hepatitis virales al personal sanitario.

Un diagnóstico temprano brindará la mejor oportunidad para la intervención médica eficaz y evitará la propagación. Permitirá que las personas infectadas adopten las medidas necesarias para prevenir la transmisión y tomar precauciones para proteger el hígado de daños adicionales, específicamente evitando determinados medicamentos hepatotóxicos y el alcohol.

Las personas con enfermedad hepática crónica deben adoptar las mismas medidas generales de prevención para COVID-19 recomendadas para la población general y, además, vacunarse contra la gripe o influenza, y el neumococo.

Las medidas de autocuidado nunca están de más, esta enfermedad, catalogada como una epidemia silenciosa, está cerca de nosotros afectando a 1 de cada 12 personas en el orbe y a los cercanos a ellas. En nuestro poder está no contagiarnos, ni contagiar a los que nos rodean. Luchemos por el bienestar general y la eliminación de esta dolencia a nivel mundial.

 

Dra. Ananay Lopez Rojas