Por lo general las actividades sociales y económicas dependen en gran medida del abastecimiento de agua dulce y de su calidad. Debido a ello durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD) de 1992 en Río de Janeiro, Brasil, se recomendó dedicarle un día. Así quedó instaurado el 22 de marzo como Día mundial del Agua, celebrado por primera vez en 1993. Para este 2022, el tema es: Aguas subterráneas, hacer visible lo invisible. Se pretende continuar creando conciencia sobre su valor para evitar su uso inadecuado, contaminación y derroche.
A pesar de ser invisibles por encontrarse contenidas bajo tierra en los acuíferos (formaciones de rocas, arenas y gravas) son decisivas para el buen funcionamiento de los ecosistemas, como los humedales y los ríos. Asimismo la mayoría de las zonas áridas del planeta dependen por completo de ellas, pues son utilizadas para fines de consumo, saneamiento, producción de alimentos y procesos industriales.
Su principal fuente de recarga es la lluvia y la nieve que se infiltran en el suelo y pueden extraerse a la superficie por medio de bombas y pozos.
Es por ello que debemos protegerlas de la sobreexplotación, extraer una cantidad desproporcionada en comparación a la que se recarga, puede llevar a su agotamiento, el encarecimiento de su tratamiento y hasta la paralización de su uso.
Este año, reclamemos el estudio, la protección y la utilización de este recurso de forma sostenible para sobrevivir al cambio climático y satisfacer las necesidades de una población en constante crecimiento.
En los tiempos que corren, el agua ha seguido demostrado su valía, debido a que ha sido arma fundamental de protección contra la pandemia de COVID-19, días duros en los que ha sido necesario extremar la limpieza de nuestro cuerpo, de los hogares, de centros de trabajo y hasta de las calles, porque de eso depende nuestro bienestar.
Nuestro país tiene plena conciencia del papel que desempeña esta sustancia en todas las esferas de la vida, por ello reconoce lo imperativo de su cuidado manteniendo el compromiso de cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y del Plan Nacional de Desarrollo Económico Social hasta 2030. También se garantiza, en lo posible, lo necesario para que sigan ejecutándose grandes inversiones y se sigan realizando mantenimientos a la infraestructura hidráulica. Además es continuo el trabajo de educación a la población pues cuidar del agua no es otra cosa que cuidar de nuestra existencia misma.
Depende de nosotros hoy salvaguardar esta fuente de vida, no hay que dejarlo para mañana. Hagámonos eco de esta celebración, es la mejor manera de preservar cantidad y calidad de este bien preciado que la naturaleza pone a nuestro alcance.
Autor: MSc. Julio Pulido Agüero.