De seguro, cuando sale a la calle o está dentro de casa descansando después de una larga jornada de trabajo, ha observado personas que constantemente tienen el molesto hábito de quejarse. Esta insoportable manía no tiene límites, puede ocurrir en: la parada de un ómnibus, en el hogar, en el centro laboral, en fin, cualquier lugar. Su base fundamental se encuentra en las necesidades insatisfechas que son definidas como estados que se hallan en carencia y resultan indispensables para vivir en bienestar pleno. Es de vital importancia que identifiquemos estas formas de comportamiento en los que nos rodean y en nosotros mismos para que podamos modificarlas y enfrentar la vida con una mejor sonrisa.
La necesidad, cuando no es satisfecha, produce resultados negativos siendo uno de ellos la frustración. Esta es una respuesta emocional común, mayormente relacionada con la ira y la decepción que surge porque percibimos algunas resistencias en nuestra voluntad individual, siendo mayor la probabilidad de sentirla cuanto más sensible sea el individuo a los conflictos. La causa puede ser interna o externa; la primera se centra en las emociones y la segunda se relaciona con factores como por ejemplo: la falta de condiciones para llevar a cabalidad ciertas actividades del acontecer diario.
No es casual que aquellas personas que se encuentran frustradas, respondan con insistentes demandas tóxicas, a veces en demasía, que se van convirtiendo en hábitos que poco a poco se incorporan como un mal estilo de vida, que los lleva a nunca sentirse satisfechos o conformes. Cuando reflexionan sobre sus problemas, se centran más en los aspectos negativos obviando por completo la oportunidad de buscar soluciones. Asimismo toman la más mínima excusa para ventilar sus emociones negativas producidas por la frustración y, en algunos casos, hacen notar el malestar, sin pronunciar palabras, para llamar la atención.
Este año 2021, la trasmisión de la Covid-19 nos ha marcado mucho, esta enfermedad ha cobrado la vida de miles de personas, hemos pasado por disímiles dificultades y nadie permaneció ajeno ante estos problemas. Es hora de superar los errores, tornarlos como tema de discusión no conlleva a nada. Ha sido un período en donde hemos tenido que sobreponernos a muchas circunstancias, aprender lecciones y de todo esto hemos salido fortalecidos. Acá le dejamos algunos consejos que pueden ayudarle a dejar atrás las quejas:
-Dejar de quejarse es decisión personal, si lo hace, siga adelante con el compromiso de cambio.
-Exprese lo que no le haga sentir bien pero con mucho cuidado para no convertirlo en una protesta continua.
-Mire el lado positivo, una necesidad insatisfecha es la oportunidad de accionar para solucionarla, no para darse por vencido.
-Por último, evalúe todas las veces que proteste y si era necesario hacerlo, además observe cuánto puede dañar su salud y la de los que le rodean.
Confiamos en que los consejos aportados le sean de utilidad y le ayuden a enriquecer su vida. Verá que puede concebir soluciones más simples a sus problemas. Siempre existe un plan B a sus necesidades. Reflexione, quien mucho se queja al final no alcanza nada. Deseamos que conserve su salud física y mental y que logre alcanzar sus metas para el año nuevo.