Fidel no ha muerto, vive cada día en nuestros corazones

Fidel Castro Ruz es considerado como el último gran líder revolucionario del siglo XX, cuya acción política desbordó los límites de esta isla para convertirse en un protagonista de la historia de América Latina y el Tercer Mundo, está presente en cada cubano demostrando la veracidad de la frase del Apóstol José Martí que dice: “La Muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida”.

A lo largo de los años de la Revolución impulsó y dirigió la lucha del pueblo por la consolidación de este proceso, su avance hacia el Socialismo, la unidad de las todas las fuerzas y del pueblo, las transformaciones económicas y sociales del país, el desarrollo de la educación, la salud, el deporte, la cultura y la ciencia. Así como el enfrentamiento a las agresiones externas y la conducción de una activa política exterior basada en los principios. Una vida repleta de ideales que hasta hoy hacen de Cuba un lugar único, destacado por los valores humanos, la solidaridad, la igualdad, la educación y la salud universal y gratuita.

Sus principios antiimperialistas e internacionalistas son nuestros estandartes. Fue un dirigente consagrado al bienestar de todos, y cuyo legado no debemos abandonar ni olvidar jamás. Innumerables fueron sus aportes a la salud pública cubana, cuyas experiencias históricas tuvieron un cambio sustancial con su presencia, pensamiento y proyecciones humanistas. Gracias a su guía y apoyo somos una potencia médica, que ha llegado a muchos rincones del orbe.

Falleció en La Habana, a los 90 años de edad. El 25 de noviembre del año 2016, su hermano Raúl comunica con profundo dolor la noticia. Su muerte tomó a todos por sorpresa, pero en medio de ese desconcierto surgió un Fidel en cada cubano, atesorando su legado y firmes ante su ejemplo.

Murió en grande, de la misma forma que vivió, y coincidentemente en el 60º aniversario del inicio de ese viaje que tuviera un 25 de noviembre de 1956, a los 30 años, cuando junto a 81 hombres salió del puerto mexicano de Tuxpan hacia su patria en el yate Granma con el objetivo de derrocar al gobierno del tirano Fulgencio Batista.

Su nombre es conocido en cualquier lugar del planeta como el líder histórico de la Revolución Cubana. Y como cada 25 de noviembre el pueblo le rinde tributo con profundo respeto y admiración.