Es una triste realidad la que se vive hoy en día a nivel mundial con respecto a enfermedades como la Diabetes, siendo su padecimiento evitable o postergable. Dejando a un lado los antecedentes familiares, el estilo de vida sedentario que se asume muchas veces inconscientemente, el consumo de tabaco y la mala alimentación son factores fundamentales para su desarrollo. De lo que se deriva que está en nuestras manos evitar padecerla. Esta es una enfermedad crónica que aparece cuando el páncreas no produce insulina suficiente o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce. Existen 3 tipos: la Tipo 1, la Tipo 2 y la Gestacional.
Alarmantes son los datos que se manejan: más de 420 millones de personas en el mundo ya presentan esta dolencia y de acuerdo con las previsiones, superará los 500 millones a finales de la presente década. Las defunciones por causa de este trastorno de salud en el mundo han aumentado en un 70% entre 2000 y 2019. Entre 1975 y 2016, en todo el orbe, la prevalencia del sobrepeso y la obesidad entre los niños y adolescentes de 5 a 19 años pasó drásticamente del 4% a más del 18%.
Se conoce también que dicha afección puede provocar otras tales como ceguera, insuficiencia renal, infarto de miocardio, accidente cerebrovascular y amputación de los miembros inferiores.
La pandemia de COVID-19 ha demostrado que los pacientes diabéticos tienen más riesgo de presentar otras complicaciones, como ha puesto de manifiesto su elevada proporción entre los hospitalizados con manifestaciones graves del virus.
Es necesario continuar sensibilizando a las personas para que acepten y trabajen sobre la idea de que no desarrollar esta morbilidad está en sus manos, en su actuar día a día, en que busquen más información para que puedan cuidarse y ayudar a familiares y amigos. Por ello las Naciones Unidas celebra el 14 de noviembre el día mundial de la Diabetes, para continuar trabajando en la importancia de su prevención o de la atención médica requerida si ya se ha desarrollado.