Cada 28 de octubre las flores dedicadas al señor de la vanguardia Camilo Cienfuegos Gorriarán inundan los mares y ríos de la isla cubana. Hoy a 62 años de su desaparición física, su recuerdo nos llena de nostalgia por aquel héroe de la amplia sonrisa y del sombrero alón. Su imagen ha quedado en el pueblo como la de un hombre de carácter amable, humilde, jovial y de alegría contagiosa.
Bautizado como el Héroe de Yaguajay, fue uno de los líderes más importantes y queridos durante el proceso que llevó a Cuba a su definitiva independencia en 1959. Contribuyó a la educación política de los integrantes de las fuerzas armadas y del pueblo cubano. Dentro de sus discursos y diálogos con diversos sectores de la sociedad hizo referencia a la trascendencia de la unidad, a la libertad, a la importancia de la reforma agraria y otras medidas de la Revolución y particularmente trató acerca del papel y la labor de los miembros de las Fuerzas Armadas. Se convirtió en defensor de los explotados y en el látigo que azotaba a los explotadores.
Las circunstancias de su muerte fueron polémicas, falleció el 28 de octubre de 1959, en un accidente de aviación a causa del mal tiempo mientras retornaba de Camagüey a La Habana a bordo de un avión ejecutivo, un Cessna 310. Sin embargo, nunca se pudieron encontrar sus restos ni los del avión. Tampoco se emitió ninguna llamada de auxilio desde la aeronave. Toda Cuba se movilizó en su búsqueda durante varios días, siendo este uno de los eventos más conmovedores de los primeros años de la Revolución.
Los cubanos le dijeron adiós a su sonrisa sin siquiera poder despedirse de sus restos, pero su ejemplo y su legado perdurarán por siempre en nuestra historia. Parafraseándole, como dijera en su último discurso: ¡la Revolución está hecha, su sangre no se ha derramado en vano! Por ello cada flor que se le dedica lleva implícito un mensaje de amor y una frase que demuestra que siempre estará en nuestros corazones:
¡Hasta la victoria siempre señor de la vanguardia!