Desde el inicio de la pandemia de COVID-19 en Cuba se han promovido las medidas básicas de higiene y protección que sirven a las personas para cuidarse en cualquiera de los escenarios en que se encuentren. Con ellas se han desarrollado múltiples materiales que se han distribuido a lo largo de todo el territorio nacional, han permitido informar a la población sobre el tema y crear así una base para el desarrollo de comportamientos protectores para la salud. En este momento en el que el indicador de casos positivos comienza a descender, no debe olvidarse que el peligro continúa latente y que cada persona ha de cuidarse con esmero para protegerse a si misma y también a los que quiere.
Estudios recientes refieren que en el país durante esta tercera oleada, el 42.4% de los casos positivos se originan en redes familiares, que son fundamentalmente los adultos que trabajan fuera de casa y/o tienen a su cargo las gestiones para el aprovisionamiento de esta, quienes transportan el problema de un lugar a otro y que aunque los que están sufriendo los efectos más devastadores ahora mismo son las personas de la tercera edad; niños, adolescentes y jóvenes se incluyen en la lista de los afectados y pudieran estar teniendo que afrontar secuelas importantes a futuro.
De las medidas promovidas para prevenir la enfermedad, a estas alturas todos los cubanos conocemos y aplicamos sistemáticamente al menos 5 que son: lavado de manos, nasobuco, distancia, desinfección de objetos y superficies y nuevas formas de saludo; pero existen otras que deberían tenerse más en consideración como: no permanecer en lugares cerrados, propiciar la ventilación de los espacios donde discurre la vida, realizar reuniones en ambientes ventilados y con un número reducido de personas, evitar el consumo de tabaco y bebidas alcohólicas, acudir al médico ante los primerísimos síntomas, no visitar a personas en aíslamiento u hospitalizadas, practicar ejercicios físicos y actividades saludables y velar más de cerca por la protección de niños, ancianos y/o personas con necesidades especiales.
Debemos reanudar nuestra vida social sin descuidar lo que sabemos y está demostrado es útil. Si nos proponemos mantener una seria estrategia de autocuidado y la cumplimos, tendremos más posibilidades de no enfermar, disminuirá nuestro nivel de estrés al sabernos más seguros y estaremos evitando participar en la transmisión de la enfermedad a los que nos rodean. Si nos cuidamos, estaremos también apoyando el proceso de vacunación que en el país se desarrolla, ayudaremos a reducir la carga laboral que soporta el personal de salud y podremos dsifrutar con mayor libertad de las cosas buenas que tenemos y las que han de llegar.
Muchas personas se han contagiado y desafortunadamente muchas no están con nosotros ya, pero muchas más han permanecido sanas. Si nos cuidamos es posible seguir avanzando sin retroceder. En este sentido nuestro recordatorio es: ¨Cuidarse es Clave¨