El 14 de junio, es una fecha significativa para todos los cubanos, ese día por coincidencia del destino, nacieron dos grandes héroes de la historia, Antonio Maceo Grajales (en Cuba, 1845) y Ernesto Guevara de la Serna (en Argentina, 1928). Ambos han tenido como punto en común, su dedicación a la lucha por la independencia del pueblo cubano.
Llegaron al mundo en siglos diferentes y en países distintos, existiendo 83 años de diferencia entre sus nacimientos, pero sin embargo son muchos los puntos de contacto entre ellos: se caracterizaron por un profundo sentido de dignidad, valentía, humanismo, de abnegación y patriotismo, por un pensamiento internacionalista y no sólo dejaron huella en Cuba sino en toda América Latina y por sus concepciones políticas, ambos manifestaron la necesidad de la unidad latinoamericana y caribeña frente al imperialismo norteamericano.
Tanto uno como otro protagonizó una invasión de Oriente a Occidente en nuestra isla donde tuvieron a su mando columnas invasoras y brillaron como estrategas militares: el Titan de Bronce junto a Máximo Gómez, en 1895, ostentando sus numerosas heridas de combate, que le hicieron obtener ese sobrenombre, y muchos años después, en 1958, el Che junto a Camilo Cienfuegos, durante la guerra de liberación contra el tirano Fulgencio Batista.
Maceo, guerrero incansable, que participó en más de 600 acciones combativas, de ellas 200 relevantes. Protagonista de la Protesta de Baraguá, el 15 de marzo de 1878, donde dio muestras de su convicción e intransigencia revolucionaria.
Del Guerrillero Heroico, mucho también se puede decir, de su obra como Ministro de Industrias, como fundador de la agencia de noticias Prensa Latina, como presidente del Banco Nacional de Cuba, de sus misiones diplomáticas, de su intento guerrillero por ayudar a los pueblos de África y de su lucha en Bolivia.
Hoy, a 176 años del natalicio de Maceo y a 93 del Che, su vigencia se mantiene de generación en generación son inspiración del patriotismo, entrega moral y solidez de principios.