El 11 de junio se celebra el Día Mundial del Cáncer de Próstata, con el objetivo de sensibilizar a la sociedad sobre este e informar de la importancia del diagnóstico precoz, así como de los recursos y posibilidades para su tratamiento. El cáncer es la principal causa de muerte de personas de entre 15 y 60 años y entre 65 y 79, además pone ante la sociedad y los servicios de salud enormes desafíos, «no solo por constituir una de las principales causas de muerte en quienes lo padecen, sino también por las limitaciones físicas y psicológicas que provoca». Justamente, «su creciente incidencia en la población mundial, la peculiar problemática emocional que acarrea el diagnóstico y los tratamientos que se deben seguir han permitido que la psicooncología surja y se desarrolle como una especialidad relativamente nueva, para resguardar las necesidades psicológicas asociadas a este proceso mórbido.
Según la Red de conocimiento, el cáncer de próstata en Cuba ocupa la segunda causa de muerte en hombres. Su atención es una prioridad del gobierno y, por consiguiente, de las autoridades de salud, cuenta con una amplia participación intersectorial y comunitaria; así como un manejo integral e integrado entre los diferentes niveles de atención y sectores de la sociedad. La mayor probabilidad de sobrevivirle deriva de su detección precoz, ya que cuando se identifica en las primeras fases y es tratado por equipos médicos expertos, hay prácticamente un 100% de posibilidades de curación. Entre las medidas de prevención se encuentran: Mantener un peso saludable, realizar ejercicio físico, no fumar y seguir una dieta balanceada.
Y si importante resulta el diagnóstico y tratamiento oportuno, también lo es la manera de comunicarlos pues «causa siempre una desagradable impresión, trayendo consigo alteraciones emocionales, que provocan el cuestionamiento del comportamiento y otros aspectos de la vida», De ahí que la intervención de la psicología como especialidad permita el surgimiento de la psicooncología, «la cual está considerada una subespecialidad de la Oncología, que se ocupa de las respuestas emocionales de los pacientes, sus familias y el equipo médico. Su propósito final es aliviar síntomas síquicos y tratar de alcanzar la humanización de los tratamientos. Procura también conocer y describir los diversos modos de afrontamiento».
El objetivo del trabajo sicoterapéutico es entender y aceptar el impacto del diagnóstico, estimular los recursos para el afrontamiento y abordar los efectos del tratamiento médico y quirúrgico para prevenir complicaciones psicopatológicas. Se debe trabajar áreas como la desmitificación-desestigmatización de este padecimiento, preparar a los que lo sufren y sus allegados para el diagnóstico y la hospitalización, trabajar en el ajuste emocional después del diagnóstico, así como abordar los problemas asociados a la patología y/o a los tratamientos oncológicos específicos (dolor y otros síntomas). La psicooncología, asume al cáncer como una enfermedad multifactorial, tanto en su génesis, como en su tratamiento y evolución, «centra su atención en la persona, no en la enfermedad que la aqueja, es decir, entiende al enfermo en su totalidad biopsicosocial». Y ello en la llamada era del cáncer es un elemento que no puede pasarse por alto, en beneficio de la salud.