La Hora del Planeta (en inglés Earth Hour) se celebra cada año el último sábado del mes de marzo y consiste en un apagón eléctrico voluntario en el que se pide a personas, empresas y otras instituciones que apaguen luces y aparatos eléctricos no indispensables durante una hora, desde las 8:30 pm hasta las 9:30 pm.
Con este acto se pretende concienciar sobre la necesidad de tomar medidas urgentes contra el cambio climático producido por la actividad humana. También para ahorrar energía, disminuir las emisiones contaminantes y reducir la contaminación lumínica.
La primera Hora del Planeta se celebró en Sidney (Australia) el 31 de marzo de 2007 entre las 19:30 y las 20:30 horas. También la ciudad de San Francisco en Estados Unidos se unió con la llamada acción Lights Out.
Lo que empezó en Sidney se ha convertido en un movimiento global que ha llegado a miles de ciudades de 188 países y territorios. La Hora del Planeta fue impulsada por la ONG World Wide Fund for Nature (WWF) y la agencia publicitaria Leo Burnett.
¿Qué se busca con el apagón de una hora?
Los promotores de La Hora del Planeta aseguran que el cambio climático ya es un hecho contrastado y que debido a ello las consecuencias, si no se hace algo, pueden llegar a ser devastadoras como ya está sucediendo en la actualidad.
Lo cierto es que el hecho de apagar las luces durante una hora no trata de evitar ninguna consecuencia climática, pero sí busca crear conciencia en las personas para que sus actos sean más responsables con el medio ambiente.
Actualmente el movimiento La Hora del Planeta promueve acciones directas para luchar contra el cambio climático, estilos de vida sostenible que tengan en cuenta la conservación de los bosques, los mares y los recursos naturales. Pero, sobre todo, es una oportunidad que tenemos para realizar acciones individuales y colectivas en nuestra vida diaria que protejan al ambiente.
Esas acciones cotidianas son las que nos pueden convertir en héroes: apagar la luz cuando no la necesitamos, andar en bicicleta en lugar de hacerlo en auto, o desconectar nuestros dispositivos electrónicos cuando no los utilizamos. En pocos años, la Hora del Planeta pasó a ser la campaña ambiental más grande que ha visto el planeta. Miles de millones de personas en 152 países se han unido a este momento simbólico de apagar las luces como muestra de nuestro compromiso diario por una vida respetuosa del planeta, nuestro hogar.
Como cada año, la Hora del Planeta nos invita a retar al mundo para salvar al mundo, y consiste en promover un cambio de actitud hacia el planeta, muchas pequeñas acciones que sumadas pueden significar un futuro mejor.
Es fácil pensar en la naturaleza como algo con lo que tienes que viajar, o algo que está muy lejos de tu vida, pero no nos equivoquemos al respecto. La naturaleza sustenta nuestra vida. En su forma más simple, la naturaleza proporciona sucesos que las personas a menudo dan por sentado: el aire que respiramos, el agua que bebemos y los alimentos que consumimos, todo depende en última instancia de la naturaleza. Otros son menos obvios: la naturaleza es la base de nuestras economías y medios de vida.
La actividad fundamental radica en llenar los balcones y ventanas de nuestros barrios y ciudades de miles de personas; apaguen la luz y envíen “un mensaje de esperanza” de que “todo saldrá bien” para recordar que allí donde estemos, este año desde casa (#QuédateEnCasa), todas las personas seguimos conectadas y concienciadas de la necesidad de cuidar la casa de todos: la Tierra”.
A pesar de que en esta ocasión no se pueden realizar actos en la calle por motivo del confinamiento en los hogares por el coronavirus, sigue en pie la actividad central de la Hora del Planeta: el apagado de luces de 20:30 a 21:30 horas, porque esta acción constituye “el alma de la campaña” desde su inicio. Sin embargo, en esta ocasión, y siguiendo las directrices del Gobierno de permanecer en los domicilios para frenar la expansión del coronavirus, se hace un llamamiento a los ciudadanos para que salgan a los balcones y ventanas hoy a las 20:30 pm.