El Síndrome de Down no es una enfermedad como la mayoría considera. Se trata de una condición, que ocurre cuando aparece una alteración genética en los cromosomas. Al nacer se debe contar con 46, pero en este caso el número es superior. Todavía no hay explicación de por qué ocurre, aunque se sospecha que puede deberse a un proceso de división defectuoso.
En diciembre de 2011, la Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 21 de marzo como Día Mundial del Síndrome de Down, jornada escogida por la similitud entre sus números (si se ubica primero el mes seguido del día) y la trisomía del par 21, originaria de dicho estado.
Es una combinación cromosómica natural que siempre ha formado parte de la humanidad, existe en todas las regiones del planeta y habitualmente tiene efectos variables en los estilos de aprendizaje, las características físicas o la salud. La incidencia estimada a nivel mundial se sitúa entre 1 de cada 1.000 y 1 de cada 1.100 recién nacidos.
Con la celebración de la fecha se pretende generar una mayor conciencia pública y recordar la dignidad inherente, la valía y las significativas contribuciones de quienes, aunque presenten alguna discapacidad intelectual, actúan como promotores del bienestar y de la diversidad de sus comunidades. Asimismo, resaltar la importancia de sus aportes, su autonomía e independencia individual.
Se convierte en momento oportuno para dar un merecido lugar a todos los niños, niñas, jóvenes y adultos que nacen con esta condición, pues deben gozar de los mismos beneficios y privilegios que la mayoría en la sociedad actual. Su derecho a la igualdad, oportunidad, y bienestar son inalienables.
Para la ONU forma parte de la Agenda 2030 como parte del plan de acción sostenible para proteger a estos seres humanos contra cualquier tipo de abuso, atropello o discriminación.
La fecha, igualmente, pretende alertar a las organizaciones sociales sobre la necesidad de crear campañas educativas que promuevan su acercamiento e inclusión y, de esa forma, garantizar en lo posible el desarrollo normal de sus vidas.
Son muchas las historias conmovedoras, que han podido abrirse un hueco en una sociedad cada vez más competitiva y exigente. Existen casos de éxito donde a pesar de esta diferencia, han logrado realizar sus sueños: pueden ser atletas profesionales, actores, artistas, fundar una empresa o tener un trabajo estable atendiendo a otras personas, lo que derriba el mito de la discapacidad absoluta.
Con el respeto y apoyo de los demás pueden llegar a tener la independencia y capacidad de decisión de cualquier individuo. Todo radica en aceptar y tolerar las diferencias que nos hacen iguales para que alcancemos la felicidad plena.