La salud bucodental no solo equivale a tener unos dientes y encías libres de enfermedades. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la salud bucodental es un indicador clave de la salud, el bienestar y la calidad de vida en general. Unos buenos hábitos preventivos, una alimentación adecuada, evitar el alcohol, no fumar y visitar periódicamente al estomatólogo son pautas fundamentales para garantizar una boca, cavidad bucal y dientes sanos.
Mientras que el bebé se alimenta exclusivamente con leche materna no hay que higienizar su boca, pues se realiza la autolimpieza. Cuando no sea ya exclusiva la lactancia por cualquier motivo, se debe higienizar la cavidad bucal con una gasa estéril embebida en agua hervida, envolver el dedo índice del adulto con esta mezcla y pasarlo suavemente por las encías, la lengua, el paladar y el interior de las mejillas.
Tan pronto al bebé le brote el primer diente, se debe comenzar la familiarización con el cepillo dental, que debe ser pequeño, de cerdas suaves y espesas. Siempre en los primeros tiempos, debe ser auxiliado por la madre, padre o familiar que lo cuide.
Acompañarlo siempre en esta época, de manera que perciba esta actividad como un juego, hacerlo, aumentando la frecuencia según vaya creciendo, después de las comidas, con extrema suavidad, no asustarlo ni regañarlo porque no lo haga bien, pues puede quitarle el deseo de cepillarse. Es vital para un futuro de salud bucal el encuentro del niño con su cepillo de dientes, incorporar la rutina del lavado, es decir crear el hábito.
Hay que recordar que el hábito no es más que una repetición de una acción de forma reiterada. El niño ve que su mamá y su papá se cepillan los dientes y entonces, quiere imitarlos.
Es en ese momento cuando debemos insistir y repetir la acción con dulzura y alegría. Así condicionaremos la necesidad de una salud bucal de calidad creciente desde esta temprana edad. Hasta los 8 años hay que supervisar y repasar el cepillado.
Las galletas y las chucherías tienen un alto índice cariogénico y consumirlos con frecuencia no es beneficioso. Y lo mismo ocurre con las bebidas refrigerantes.
Cepillarse cuatro veces al día. Tras el desayuno, las comidas y antes de acostarse, durante dos minutos permitirá una buena salud bucal.
Autora: MSc. Nancy Herrera Achòn