La violencia en el mundo se extiende como una plaga y llega a todos los rincones de manera directa o indirecta. Los niños y niñas son especialmente vulnerables, son muchos los que se ven afectados por acto violentos, en el peor de los casos lo sufren directamente o pueden ser testigos de actos a los que aún no saben dar una explicación, produciendo un impacto en su desarrollo que deja su huella silenciosa para siempre.
Desde que se desató el brote de Covid-19, los nuevos datos e informes que presentan quienes están en primera línea revelan que se ha intensificado todo tipo de violencia contra las mujeres, las niñas, niños y adolescentes, sobre todo la violencia en el hogar.
Para evitar que los niños y niñas sufran la violencia y sean víctimas de cualquiera de sus manifestaciones es fundamental educar para la prevención y concienciación, enseñarles a poner límites, a decir que no y a condenar estos actos, que sepan reconocerlos y pedir ayuda.
Factores como las limitaciones de la actividad económica, el cierre de las escuelas y el distanciamiento físico pueden incrementar la vulnerabilidad en la infancia y adolescencia.
Cada uno lo vivencia de forma diferente, para los adultos, el no concurrir a los lugares de trabajo habitual, el teletrabajo, la inseguridad laboral y la disminución o pérdida de ingresos suponen gran incertidumbre y un alto nivel de estrés además de la sobrecarga del proceso educativo en casa. Para los niños/as y adolescentes el cierre de los centros educativos, limita los procesos de socialización y aprendizaje, generando temor tristeza e inseguridades
Requiere por parte de la familia de mecanismos de afrontamiento potentes para regular emociones y controlar comportamientos para adaptarse a las nuevas situaciones.
El sector de la salud desempeña un papel importante en la prevención y el tratamiento de la violencia durante la pandemia. Todos podemos comprometernos para proteger a los niños, niñas y adolescentes, para apoyar a los padres madres y cuidadores.
Para procurar mantener la armonía en casa, aquí te dejamos algunos consejos:
- En la medida de lo posible quienes cuidan a los niños deben primero cuidarse ellos mismos y realizar actividades que apoyen su bienestar físico y mental.
- Reconocer que los niños/as dependen de nuestro cuidado y que sus derechos deben ser protegidos en todo momento.
- Fomentar prácticas que favorezcan un trato respetuoso y armónico.
- Mantener espacios de dialogo con los niños en casa, en los que puedan expresarse sin miedo ni vergüenza.
- Mantener rutinas de convivencia sobre los horarios y actividades que realizaran en el día.
Si necesitas apoyo psicológico, búsqueda de información puede comunicarse con la Línea 103 disponible las 24h de forma gratuita.
Autora: MsC. Daylin Carballo Laforte