El Titán de bronce, a 124 años de su caída en combate sigue vigente en nuestra historia.

Antonio Maceo, El Titán de BronceUn 7 de diciembre de 1896 cayó en combate el Titán de Bronce, un personaje trascendental de la historia de Cuba, que alcanzó el grado de General durante la Guerra de los Diez Años; protagonista de la Protesta de Baraguá, ejecutor de la invasión de Oriente a Occidente junto al Generalísimo Máximo Gómez y Lugarteniente General del Ejército Libertador.

Maceo nace un 14 de junio de 1845 en Santiago de Cuba. Desde muy joven consagró su vida a luchar por la libertad de su patria, a la cual prestó una magnífica hoja de servicios que lo hizo figurar entre los más relevantes próceres de la independencia de Cuba.

Fue considerado todo un maestro en el empleo de la táctica militar, un combatiente excelente y jefe de elevado prestigio, guerrero incansable, que intervino en más de 600 combates, entre los que se cuentan alrededor de 200 combates significativos., Por lo que se ganó el calificativo de Titán de Bronce, por su fortaleza y coraje en la batalla, haciendo referencia a sus méritos, y al color de su piel,  ya que fue capaz de sobrevivir a 26 heridas, sumando las de bala y de arma blanca.

El heroé de Baraguá fue a la vez un hombre de pensamiento y de acción, al referirse a él Martí dijo: “Y hay que poner asunto a lo que dice, porque Maceo tiene en la mente tanta fuerza como en el brazo”.

Aquel 7 de diciembre, serían aproximadamente las tres de la tarde, cuando es sorprendido junto a su tropa, en la finca San Pedro, cerca de Punta Brava, en La Habana. Se redobla el fuego enemigo y Maceo es alcanzado por un proyectil que le penetró por el lado derecho de la cara y salió con ruptura de la arteria carótida, por el lado izquierdo del cuello. Sus hombres intentan rescatarlo pero su cadáver quedó en aquellos matorrales a merced del enemigo.

El capitán Francisco Gómez Toro (Panchito), su ayudante, hijo del Generalísimo Máximo Gómez, estaba herido en el campamento y salió prácticamente desarmado y con un brazo vendado en busca del cadáver de su jefe y resultó blanco fácil de las armas españolas, en un gesto supremo de lealtad muere al lado de Maceo.

Además de por sus ideales políticos independentistas y antirracistas, también se destaca por su posición internacionalista, que se evidencia en la carta escrita a Anselmo Valdés en Julio de 1884 cuando se pronuncia por empuñar su espada para liberar al hermano pueblo de Puerto Rico; y  su posición antimperialista, lo que se pone de manifiesto cuando en 1890 en el Hotel Venus de Santiago de Cuba, brindó una respuesta certera al joven Hernández Mancebo al manifestar que  Cuba por fatalidad geográfica debía algún día ser una estrella más en la bandera de los Estados Unidos, y Maceo respondió en el acto, que ese sería el único caso en que tal vez estaría él del lado de los españoles. Esta respuesta evidencia la madurez alcanzada por su pensamiento al prever las aspiraciones imperiales.

Maceo fue uno de los más importantes líderes independentistas de Cuba durante el siglo XIX y hoy en el preciso lugar de su entierro, se eleva un mausoleo a su memoria.

A 124 años de su caída en combate, los cubanos  revivimos su legado, cuando hoy la Patria se enfrenta a la amenaza acrecentada del imperio con su inhumano bloqueo económico, comercial y financiero, sus campañas mediáticas para desacreditar la revolución, en medio de una profunda crisis mundial debido a la pandemia de la Covid-19 y su repercusión en el país, situación que ha sido aprovechada por los enemigos internos, quienes confabulados con la estrategia subversiva norteamericana pretenden quebrantar la paz del pueblo. Pero una vez más prevalecerá la dignidad e intransigencia del ideal independentista y antimperialista de Maceo.