Cada 1ro de mayo se celebra en nuestro país la marcha del pueblo revolucionario, donde los trabajadores desfilan por las plazas del país exhibiendo las banderas cubanas y los emblemas, símbolos o pulóveres alegóricos a su trabajo. Muestran la unidad y el compromiso de esa clase con su partido y su revolución.
Un día diferente será este del 2020 dada la presencia de la COVID-19 en un país que no claudica, que no se rinde, que no renuncia a alcanzar la prosperidad y el desarrollo para su gente. La demostración cambiará su forma pero no su sentido. Este año la plaza, está en cada casa.
La celebración del Día Mundial del Trabajo, tiene sus antecedentes en Estados Unidos, cuando un 1 de mayo de 1886, se realiza la primera manifestación obrera en reclamo de la jornada laboral de ocho horas. Comenzó esta huelga con más de 40 mil obreros y tres días más tarde esta cifra se había duplicado significativamente. Estos hechos, culminaron con el asesinato de los mártires de Chicago y dieron lugar a que la fecha se conmemorara a partir del año 1890.
En Cuba, el primero de mayo se celebró por primera vez, precisamente, en 1890, cuando el círculo de trabajadores, representado por alrededor de unos 3000 obreros se congregó en el antiguo Parque de Marte (hoy Plaza de la Fraternidad) y desfiló por las calles Reina, Galiano, San Rafael y Consulado, concluyendo con un míting donde se denunciaba la explotación y el atropello a los que eran sometidos los obreros cubanos.
El 1ro de mayo de 1959 el desfile cambió su carácter para celebrar una jornada que no tiene que ver con reclamos, sino con la voluntad de un pueblo de mostrar su unidad y su consagración a una revolución del pueblo y para el pueblo. Esta vez desfiló el pueblo y las milicias populares, integradas por obreros y campesinos. Durante 61 años, los cubanos se han congregado en las diferentes plazas del país para celebrar esta fecha.
El de este 2020, no será este un primero de mayo de madrugadas adelantadas, de cubanos que amanecen caminando por calles y avenidas con las banderas de la fiesta proletaria en las manos hasta desembocar en las principales plazas del país. No será este, el día de las grandes concentraciones, de las grandes marchas. Por primera vez en 61 años de Revolución los trabajadores celebrarán sin salir de sus casas, observando cuidadosamente las medidas higiénicas y de aislamiento social que han demostrado ser eficaces para cortar las cadenas de contagios de la COVID-19. Este año nuestro lema es diferente: Mi Casa Es Mi Plaza.
Cuando este viernes, a las ocho de la mañana, tal como lo solicitara nuestro presidente Díaz-Canel, se entonen las notas de nuestro glorioso himno nacional en cada hogar del país, tendremos tantas razones como antes para sentirnos revolucionarios, patriotas y cubanos. En medio del enfrentamiento a la COVID-19 que nos demanda de una férrea disciplina, orden y responsabilidad, hemos de respaldar las medidas que desde el gobierno se implementan para cortar la transmisión de un virus que tantas vidas ha costado.
El personal de salud junto a todos los trabajadores que mantienen la vitalidad del país tiene en este 1ro de Mayo una razón más para demostrar lo que ha hecho de nuestro pueblo un bastión inexpugnable. Desfilaremos con la convicción profunda que venceremos también a este enemigo invisible y saldremos adelante, porque desde siempre hemos estado y estaremos unidos en nuestros corazones.