El 20 de marzo fue designado “Día Mundial de la Felicidad” y de la Salud Bucal,” ambos se celebran a partir del 2013, el primero instituido por la Asamblea General de las Naciones Unidas con el propósito de situar a la felicidad como objetivo relevante para el logro de las aspiraciones humanas universales, mientras que el “Día Mundial de la Salud Bucal,” se estableció por la Asamblea General de la Federación Dental Internacional siguiendo el propósito de concienciar y animar a personas, familias, comunidades y gobiernos para que se involucren y ayuden a elevar su bienestar, lo que implica elevar su felicidad y reducir la carga mundial de enfermedades bucales y también generales.
La salud bucal en armonía con la general y el medio ambiente impacta positivamente en la percepción que tienen las personas acerca de su salud. La mayoría de las personas muestra los dientes al reír o sonreír, otras con malas condiciones de salud bucal se inhiben de hacerlo aunque el contexto sea agradable.
La sonrisa y la risa, producen relajación, combaten la tristeza, aumenta la respuesta inmunológica, tienen efecto analgésico, llevan a estar más alertas y productivos, también se plantean como la vía más corta de comunicación y que producen bienestar por lo cual son considerados exponentes de la felicidad. Esta concepción se manifiesta en las recomendaciones para celebrar el día de la felicidad, en que se llama a idear formas para conseguir una sonrisa y hacer reír; por su parte se señala que para promover la salud bucal deben desarrollarse actividades divertidas que surjan desde la población, sectores gubernamentales, no estatales, asociaciones de salud, estudiantes, profesores y comunidad en general.
En la situación global de salud que azota al mundo se hace cada vez más evidente la necesidad de propuestas que con observancia a las medidas establecidas en cada contexto, fomenten la sonrisa y la risa como terapia para combatir el estrés, el pánico y fomentar la acción racional en la población de conjunto con los equipos de salud, teniendo como guía el precepto martiano:
“Ayudar al que lo necesita no solo es parte del deber sino de la felicidad.”