El exceso de sal, un enemigo oculto

Consumo de salLa sal, proporciona a los alimentos uno de los sabores básicos y forma parte imprescindible de la dieta, tanto por la importancia de sus funciones regulatorias de los líquidos del organismo, como por su rol en los procesos de transmisión nerviosa. Es la única roca que es comestible para el ser humano, y es posiblemente el condimento más antiguo. Su apetencia llegó a ser tal que en el pasado llegó a ser un elemento comercial muy importante, llegando a usarse incluso como moneda de cambio (de allí la palabra latina “salario”).

Hoy en día, la mayor parte de las dietas contienen un exceso de sal. Su mayor proporción ya viene agregada a los alimentos antes que estos se sirvan en la mesa. Frente a este exceso de consumo, es probable que los que consumen mucha sal, desequilibren la capacidad de concentración y eliminación de los riñones. Tiene efectos negativos sobre la presión arterial y una fuerte relación entre la salinidad de la dieta y las enfermedades cardiovasculares.

En la actualidad, la mayor parte de la gente consume más sal de la que necesita. En los países occidentales, como promedio consumen diariamente 8 g de sal. En Korea del Sur, el consumo es de 11.6 g, y en el Norte de China, es de 13.9 g. En las Américas los promedios del consumo diariamente van desde 12 gramos al día en Argentina, 11 en Brasil, y de 8,5 a 9 gramos en Canadá, Chile y los Estados Unidos.

La Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) se une al esfuerzo de la comunidad mundial para compartir herramientas técnicas que faciliten el desarrollo e implementación de políticas integrales de reducción de sal y diseminar mensajes clave para promover prácticas saludables en el hogar, la escuela y el lugar de trabajo. Entre estas iniciativas figuran desde campañas educativas y en medios de comunicación en colaboración con quienes hacen alimentos para mejorar las etiquetas con información nutritiva y para reformular los productos para que contengan menos sal.

Varios países de las Américas ya están haciendo esfuerzos para reducir la ingesta de sal, entre ellos Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Costa Rica, Cuba, Estados Unidos, México, Surinam y Uruguay. Desde 2010 Cuba lleva a cabo un grupo de acciones para la reducción del consumo excesivo de sal. Se recomienda cumplir con la orientación de la OMS que establece 5g gramos, lo que significa una cucharadita rasa distribuida en todas las comidas del día.

La disminución del consumo de sal contribuye a evitar la hipertensión arterial, que conlleva a accidentes cerebrovasculares y enfermedades cardiovasculares, la insuficiencia renal, la osteoporosis, obesidad y Alzheimer, entre otras dolencias. Esta tarea forma parte de las políticas gubernamentales del Programa Nacional de Enfermedades No Transmisibles, del Ministerio de Salud Pública.

Del 9 al 15 de marzo de 2020 se realiza la Semana Mundial de Sensibilización sobre el consumo de sal, esta tiene como objetivo promover la implementación de acciones basadas en la evidencia para reducir el consumo de sal en la población y proteger la salud cardiovascular. El tema para este año es “¡Esconder y Buscar!”, que subraya el problema de la sal “escondida” en muchos productos procesados, listos para consumir en los alimentos de los restaurantes, y las dificultades que los consumidores enfrentan para “buscar” opciones bajas en sal.

Disminuir el consumo de alimentos ultra procesados puede ser una alternativa para contrarrestar los efectos del enemigo oculto.