El verano puede ser un buen momento para dejar de fumar, porque en las vacaciones cambiamos nuestra rutina diaria y disfrutamos de un ritmo de vida donde estamos más tranquilos y relajados, lo que sin dudas puede ayudarnos a dejar de fumar con éxito. Disfrutar del aire libre, momentos de diversión y probar hacer nuevas cosas es la oportunidad para no recordar el tabaco.
Sin embargo durante este periodo nuestros jóvenes tienen mayor probabilidad de iniciarse en el consumo de tabaco debido al mayor tiempo de ocio y a la realización de actividades de forma grupal con los amigos, por eso es importante educarlos sobre los efectos positivos de no fumar, entre ellos están, que conservaran su piel fresca y lozana; su aliento será agradable; conservaran su sonrisa más saludable, con dientes blancos y brillantes; la piel, cabellos y ropa olerán solo a ellos; se sentirán ágiles y saludables; disfrutarán mejor del sabor real de los alimentos; disfrutarán a plenitud las relaciones sexuales.; se convertirán en un ejemplo positivo para todos; el dinero le alcanzará para darse más gustos; y contribuirán a mantener un ambiente saludable protegiendo la salud de las personas que quieren y con las que le gusta compartir.
Para las personas que dejan de fumar, los efectos se notan a las pocas horas, pero se consolidan a las semanas o al mes de dejarlo, se comienza a recuperar el olfato, la entrada de aire a los pulmones mejora, la sensación de cansancio se reduce y hay menos tos e infecciones respiratorias.
Como el tabaquismo es una dependencia, es bueno tener en cuenta algunos consejos que te ayudaran a abandonarlo: Buscar apoyo en la familia y los amigos, si es necesario solicitar ayuda a profesionales para tratamiento, alejarse de la rutina asociada a fumar y frecuentar espacios libres de humo de tabaco.
Para evitar recaídas al volver de las vacaciones, anota las ventajas que has logrado con el abandono y actúa como una persona diferente, con rutinas y gustos diferentes.