El agua es un elemento esencial del desarrollo sostenible. Los recursos hídricos, y la gama de servicios que prestan juegan un papel clave en la reducción de la pobreza, el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental. El agua propicia el bienestar de la población y el crecimiento inclusivo, y tiene un impacto positivo en la vida de miles de millones de personas, al incidir en cuestiones que afectan a la seguridad alimentaria y energética, a la salud humana y al medio ambiente.
El tema de este año es “No dejar a nadie atrás”. Se trata de una adaptación de la promesa central de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible: todo el mundo debe beneficiarse del progreso del desarrollo sostenible.
Hoy en día millones de personas viven todavía sin agua potable –en el hogar, la escuela, el lugar de trabajo, la granja, la fábrica– y luchan por sobrevivir y prosperar. A menudo, se olvidan los grupos marginados: mujeres, niños, refugiados, pueblos indígenas, personas con discapacidad y muchos otros. O bien, se los discrimina cuando intentan conseguir y gestionar el agua potable que necesitan.
En Cuba se le concede suma importancia al Día Mundial del Agua, reconociendo los retos y desafíos que presenta el recurso dentro del Planeta Tierra que por primera vez en la historia, la población ha ascendido a 3 mil 300 millones de personas residentes en ciudades marcadas por un paisaje urbano con tendencias al crecimiento.
El objetivo de llamar la atención en torno al impacto que provoca el rápido crecimiento de la población urbana en medio de los fenómenos de industrialización, la incertidumbre causada por el cambio climático, los conflictos, y los desastres naturales sobre los sistemas urbanos de abastecimiento.
Durante más de 6 décadas el país ha trabajado en el rescate de la voluntad hidráulica y posee más de 230 presas que acumulan más de 9 000 millones de metros cúbicos del líquido, mientras que otros 300 millones se embalsan en micro presas extendidas a lo largo del país.
Hoy más de 10 600 000 cubanos, cerca del 97% de la población de la isla tiene acceso al agua potable que es uno de los índices más elevados de América Latina y también del mundo, y se está trabajando cada vez más en el mejoramiento de la calidad de la misma como garantía de la salud de la población.
En ese sentido, Cuba cumple los propósitos que inspiraron a la ONU a declarar el 22 de marzo, como Día Mundial del Agua, porque el desarrollo de los recursos hídricos contribuye a la productividad económica y el bienestar social.