Por: MsC. Olga Lydia Paz Figueroa
Eterno tributo al más universal de los cubanos, quien nos legó estremecedoras lecciones como las que se describen en el poema Abdala:
No vengáis a turbar mi triste calma.
Silencio!… quiero oír… Oh! me parece
Que la enemiga hueste derrotada
Huye por la llanura… oíd!… silencio!
Ya los miro correr… a los cobardes
Los valientes guerreros se abalanzan…
Nubia venció! muero feliz: la muerte
Poco me importa, pues logré salvarla…
Oh! qué dulce es morir, cuando se muere
Luchando audaz por defender la patria!
(Final del poema Abdala) Leer más