Aniversario 500 de La Habana

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Se levanta de cada rincón con la fuerza del machete de Antonio. Su estirpe se siente en la piel de los transeúntes de sus calles. Se muestra altanera y elegante. Se estremece por cada visitante que la admira con el solo pasar de los ojos. En cada paso dado sobre ella hay una historia que la llena de orgullo y pasión. Mi Habana en sus 500 años sigue forjando a cada uno de sus hijos como lo hizo con los padres fundadores. Llena de alegría y emoción ofrece su calor solidario a cada ser viviente que la visita. Ella nos convida a dejar una impronta en sus entrañas, a ser parte de su historia, esa que un día la vio erguirse y la ve aún majestuosa y llena de esplendor.

 

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