Los seres humanos en la actualidad modifican su horario de sueño constantemente. Según estudios realizados el cuerpo humano en mayores de 18 años debe dormir entre 7 y 9 horas aproximadamente.
Cada hora de variabilidad al acostarse puede suponer un riesgo añadido del 27% de trastornos metabólicos, según concluye un estudio epidemiológico en ‘Diabetes Care’.
Mantener horarios de sueño irregulares puede elevar el riesgo de obesidad, hipercolesterolemia, hipertensión, hiperglucemia y otros trastornos metabólicos. De hecho, por cada hora de variabilidad entre el momento de acostarse y el tiempo de dormir, una persona puede tener hasta un 27% más de probabilidades de experimentar alguna de estas alteraciones metabólicas. Así lo confirma un estudio, impulsado por el Instituto estadounidense del Corazón, Pulmón y Sangre (Nihlb)
“Muchos trabajos anteriores han demostrado la relación entre el sueño insuficiente y el mayor riesgo de obesidad, diabetes y otros trastornos metabólicos”, afirma uno de los investigadores del estudio, Tianyi Huang, epidemiólogo del Hospital Brigham and Women’s en Boston.
“Pero no sabíamos mucho sobre el impacto del sueño irregular: cómo influye una gran variabilidad en la duración y el tiempo dormido día a día. Nuestra investigación muestra que, incluso después de considerar la cantidad de sueño que una persona duerme y junto a otros factores del estilo de vida, cada hora de diferencia de una noche a otra, o entre el tiempo que se duerme multiplica el efecto metabólico adverso”.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores han seguido a 2.003 personas de 45 a 84 años, que participaban en el Estudio Multiétnico de Ateroesclerosis (MESA) del Nihlb.
Los participantes se estudiaron durante una mediana de seis años. Para asegurar la medición objetiva de la duración y calidad del sueño, utilizaron relojes de pulsera que registraban horarios de sueño. También mantuvieron un diario de sueño y respondieron a cuestionarios estándar sobre los hábitos relacionados con el estilo de vida y la salud.
Las personas con variaciones más dispares a la hora de acostarse y en el tiempo dormido presentaron una mayor prevalencia de problemas metabólicos, y estas asociaciones persistieron tras ajustar la duración promedio del sueño.
Los resultados prospectivos mostraron que las variaciones en la duración del sueño y la hora de acostarse precedieron al desarrollo de la disfunción metabólica. Según los autores, esto aporta pruebas que apoyan un vínculo causal entre el sueño irregular y la disfunción metabólica.
“Nuestros resultados sugieren que mantener un horario regular de sueño tiene efectos metabólicos beneficiosos”, aseguró Susan Redline, autora principal del estudio, y especialista de la División de Trastornos del Sueño y Circadianos en el Hospital Brigham and Women’s.
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(Con información de Infomed)