La Adaptación española de las Guías Europeas de 2016 sobre prevención de la Enfermedad Cardiovascular en la práctica clínica, publicada en la Revista Española de Salud Pública, recomienda: combinar las estrategias poblacionales y de alto riesgo, con los cambios de estilo de vida como piedra angular de la prevención; no realizar el cribado de aterosclerosis subclínica con técnicas de imagen no invasivas; no indicar fármacos antiplaquetarios en prevención primaria por el riesgo de sangrado; simplificar el régimen terapéutico debido a la baja adherencia al tratamiento, identificar y combatir sus causas.