POSTULADOS MARTIANOS RELACIONADOS CON LA MEDICINA Y LA SALUD
Nelson Miguel Aguiar González de la Peña Profesor Auxiliar de Historia de la Medicina. Metodólogo del Centro de Estudios Humanísticos de las Ciencias Médicas. UCM-H, Secretario de la Sociedad Cubana de Historia de la Medicina. Lourdes Matilde Benítez Piñón Profesora Auxiliar de Comunicación y Salud. Metodóloga del Centro de Estudios Humanísticos de las Ciencias Médicas. UCM-H.
INTRODUCCIÓN
José Martí no sólo fue un hombre de su tiempo; su pensamiento encarna el sentido intelectual y el valor ético de la cultura y nación cubanas en la actualidad. No en vano en la Constitución de la República de Cuba se plantea: “Declaramos nuestra voluntad de que la Ley de leyes de la República esté presidida por este profundo anhelo, al fin logrado, de José Martí: YO QUIERO QUE LA LEY PRIMERA DE NUESTRA REPÚBLICA SEA EL CULTO DE LOS CUBANOS A LA DIGNIDAD PLENA DEL HOMBRE”
El legado infinito de José Martí yace en su copiosa correspondencia, en su oratoria, en su obra periodística, en su labor como conspirador revolucionario. Toda su obra revela sus principios éticos y de justicia donde la libertad se gana para beneficio de los humildes y donde los hombres que trabajan puedan vivir con descanso y decoro de su labor. Los valores martianos de gran fortaleza ideológica y ética, continúan siendo necesarios para hacer posibles, reales y perdurables las conquistas de la Revolución cubana
En Cuba, la confianza en el perfeccionamiento humano, el gran respeto por el decoro del hombre, la capacidad de este para conocer y transformar, a pesar de que hayan dificultades, la vocación por el servicio a la Humanidad, el deber de cumplir con la Patria, el espíritu de sacrificio, la admiración hacia la mujer, el rechazo al racismo y el optimismo revolucionario toman formas concretas en el pensamiento ético de José Martí.
El Apóstol hizo reflexiones trascendentales sobre las virtudes personales y sobre las condiciones humanas que deben poseer los profesionales de la medicina. Defendió profundamente la apropiación de hábitos y conductas individuales y sociales que contribuyeran a elevar la calidad de vida de los seres humanos.
SU PENSAMIENTO
Palabras hermosas sobre la ética, la virtud, la dignidad, el decoro…, escribió José Martí quien llegó a ser el más grande promotor de la dignificación de su Patria y que hoy continúa siendo el autor intelectual de la obra de los revolucionarios cubanos.
Acertadas y sabias fueron sus frases expresadas en artículos, cartas, poemas y discursos, que escribió durante su fecunda vida y que hoy constituyen expresiones de su ética, que sin duda, será siempre la ética de todos los cubanos dignos. José Martí abordó en sus obras preceptos relacionados con el deber y la justicia y relacionó brillantemente estos conceptos e ideas con la salud y la medicina. Fue un defensor de la divulgación de los temas relacionado con la salud y al respecto refiere que:
“… deberían darse cátedras de Salud, consejos de higiene, consejos prácticos, enseñanza clara y sencilla del cuerpo humano, sus elementos, sus funciones, los modos de ajustar aquellas a éstas, y ceñir éstas a aquellas, y encontrar las fuerzas y dirigirlas bien, para que no haya después de repararlas”. 1
“….La única salud verdadera, que es la que viene a un cuerpo bien administrado del orden de la mente y la serenidad del corazón”. 2
En la época que le tocó vivir conoció el legado de la filosofía griega y la ética de Hipócrates con respecto al trato y el respeto que los médicos debían profesar a los enfermos. Hoy se conoce una ciencia social, relativamente nueva, denominada Bioética, que estudia precisamente la relación entre el profesional de la salud y las personas enfermas, que requieren la atención de estos profesionales. La Bioética, establece normas y principios axiológicos y deontológicos que rigen la relación médico-paciente a partir de un enfoque biopsicosocial, teniendo en cuenta siempre en esta relación, el desarrollo de las ciencias médicas, las ciencias biológicas y el medio ambiente en que se desarrolla el hombre.
El Apóstol no conoció la Bioética, sin embargo sus ideas con relación a las ciencias, a los médicos, a los enfermeros, al trato que estos debían ofrecer al hombre enfermo, a la relación con la medicina, y a la salud; constituyen hoy día, de manera sorprendente, conceptos éticos de justicia, beneficencia y dignidad, que derivan en acertados juicios de valor en favor de preservar y cuidar la integridad del ser humano, al reconocer la dignidad del prójimo, cualesquiera sean sus condiciones y estado: principio fundamental en la ética martiana.
El pensamiento ético de José Martí debe ser referencia permanente para todos los trabajadores y profesionales de la salud en Cuba, quienes desde sus obligaciones y deberes, deben poner en práctica estos postulados martianos con el fin de brindar beneficencia, justicia y calidad en los servicios, mantener el respeto a la dignidad del ser humano, y su autonomía, según establecen los principios de la Bioética.
Dentro del pensamiento martiano hay muchísimas sentencias que a los profesionales cubanos de la salud sirven de guía. La práctica de las especialidades médicas exige que el profesional que las aplica, sea sencillo, honrado, modesto, desinteresado, solidario y fraterno; actúe con dignidad y alto sentido del deber. Además, debe amar la profesión, ser creativo y poner la inteligencia al servicio de todos y de las mejores causas humanas. Con relación a estos conceptos expresó el Apóstol:
“La salud pública requiere ese combate en que se aprende el respeto, ese fuego que cruce las ideas buenas y consume las vanas;…”. 3
“La fraternidad no es una concesión, es un deber”. 4
“En una sociedad, el de más condición es el que mejor la sirve”. 5
“Hay que arrancarse de sí. Servir es darse”. 6
“…Es necesario, para ser servido de todos, servir a todos”. 7
“Arte de curar” denominó Martí al desempeño de médicos y enfermeros. Es necesaria también la inteligencia y el espíritu creador de aquel que se dedique al arte de curar y con relación a ello dijo:
“… el arte de curar consiste más en evitar la enfermedad y precaverse de ella por medios naturales que en combatirla por medios violentos….”. 8
“La más noble de las ocupaciones y quien sabe si la más grata, es la de enfermeros”. 9
“El médico, sale andando con majestad como un rey primitivo que se entra por su selva. No hay mayor majestad que un rey de oficio”. 10
Ser un profesional de las ciencias médicas exige sacrificio, dedicación y empeño y tiene como premisa no sólo curar a los enfermos, sino aliviar el dolor humano y precaver las enfermedades a partir del buen trato y la comunicación con el paciente. Con relación a estas valoraciones el Maestro transmitió ideas esenciales como estas:
“La medicina pasa al médico, que ya por serlo cura, y con su sonrisa suele abatir la fiebre”. 11
“La verdadera medicina no es la que cura, sino la que precave: la higiene es la verdadera medicina”. 12
(…). La higiene va siendo ya la verdadera medicina, y con un tanto de atención, cada cual puede ser un poco médico de sí mismo”. 13
“Es la medicina como el derecho, profesión de lucha; necesitase un alma bien templada para desempeñar con éxito ese sacerdocio;…”. 14
“Saberse sacrificar es el precio del éxito durable en todo”. 15
Los principios éticos fundamentales de la salud pública socialista en Cuba son la equidad y la justicia social para todos. El desarrollo científico y la inteligencia de los profesionales cubanos de la salud están en función del bienestar y la felicidad de los seres humanos. Martí comentó en diversas obras suyas sobre la inutilidad de la ciencia sin el espíritu, lo que nos hace reflexionar acerca de la importancia y de la actitud moral con que debe asumirse el hecho científico. Además aseveró que cualquier aporte que haga la ciencia, no debe quedar en el sólo hecho de descubrirse, sino debe ser aplicado, y al respecto planteó.
“Y es duro y es tremendo tener que arrepentirse de no haber sido justo, cuando la justicia podía evitar la muerte de los hombres”. 16
“La inteligencia tiene dos fases distintas: la de creación y la de aplicación; cuando aquella no se une a esta, hace desventurados y mártires, enfermos incurables del dolor perpetuo de la vida. La de aplicación, con ser menos noble, es más adecuada y necesaria a la existencia, una y otra mezcladas son el germen escondido del bienestar de un país”. 17.
“Las ciencias confirman lo que el espíritu posee: la analogía de todas las fuerzas de la naturaleza; la semejanza de todos los seres vivos; la igualdad de la composición de todos los elementos del Universo; la soberanía del hombre, de quien se conocen inferiores, mas a quien no se conocen superiores”. 18
“La ciencia trascendental es la verdad única, generadora y matriz de todo género y toda clase de verdades”. 19
“¿Para qué, sino para poner paz entre los hombres, han de ser los adelantos de la ciencia?”. 20
“Poner la ciencia en lengua diaria: he ahí un gran bien que pocos hacen”. 21
En el centro de la ética martiana, el deber constituye la piedra angular de su filosofía humanista. Por esa razón, siempre el Maestro privilegió en su obra intelectual, y por tanto en su pensamiento, el deber de hacer todo género de bien para dignificar al ser humano, y dijo.
“Cuando se conoce la vida, sólo el deber es grato; sólo él es digno de obediencia; sólo él da fuerzas para afrontar la malignidad de los hombres”. 22
“No puede ser: ver un deber y no cumplirlo es faltar a él”.
“…hacer bien es un deber sencillo, que la beneficencia ostenta y alardea, pero que la caridad cumple en silencio”. 24
“Merece gratitud el que observa el mal, lo indica y lo combate”. 25
Actualmente en Cuba se instrumentan acciones para alcanzar hábitos y estilos que permitan la elevación constante de la calidad de vida de la población. Para darle cumplimiento a ello existen programas de prevención, educación y lucha contra el hábito de fumar, el alcoholismo, el consumo de drogas, el sedentarismo y la inadecuada alimentación. Estos malos hábitos constituyen en las sociedades actuales factores de riesgo para la salud humana; sin embargo, ya Martí desde su época, de manera sorprendente, señaló conceptos esenciales sobre estos vicios, consumos y malas prácticas por parte de diferentes sectores de la sociedad y, con carácter previsor, alertó las consecuencias negativas que ellos traían a la salud y a la total plenitud de las capacidades físicas del ser humano cuando planteó:
“… muchachos jóvenes que no habían alcanzado aún su completo desarrollo físico, han visto su salud seriamente alterada por el hábito de fumar incesantemente cigarrillos de papel”. 26
“(…). De suicidio son culpables los bebedores de licores alcohólicos”. 27
“… humos de yerbas, y opio hediondo, que llenan el espíritu de miasmas, los ojos de miradas lodosas, las manos de temblores”. 28
“…que se haga suficiente ejercicio físico al aire libre”. 29
“Coman bien, que no es comer, ricamente, sino comer cosas sanas bien condimentadas, es necesidad primera para el buen mantenimiento de la salud del cuerpo y de la mente”. 30
CONSIDERACIONES FINALES
El deber y la dignidad humana son dos categorías de valor en el pensamiento de José Martí. Consagró su vida entera a mantener siempre una conducta pública y privada incorruptible, con honradez, humildad, decoro; altivez, lealtad, franqueza,…, y con un gran sentido del respeto a sí mismo y del reconocimiento de la dignidad hacia todos, cualesquiera sean sus condiciones y estado.
Los profesionales de la salud en Cuba deben apropiarse de manera muy sólida de los postulados de José Martí, por constituir un sistema de valores, ético-sociales, morales y de competencia, que deben guiar sus modos de actuación. Conocer el pensamiento martiano se hace imprescindible para alcanzar plenamente los valores de justicia, beneficencia y equidad en la salud pública cubana, revolucionaria y socialista.