Inicio > Del Editor > Editoriales anteriores > Editorial 9 Enero del 2016
Ha terminado el año 2015, y en esta transición entre un año viejo, usado y gastado, y otro donde todo está por estrenar y vivir; me impongo elaborar mis ideas, pensamientos y percepciones en la necesaria calificación de lo alcanzado, y la definición de las que serán nuestras nuevas metas.
El 2015 vio colmado nuestro ciclo congresional. Por primera vez, se celebraron en un año 3 jornadas territoriales dedicadas a la Nutrición y el Metabolismo, que totalizaron 9 días de actividades, y acogieron más de 500 delegados (en un primer balance todavía previsorio); algo que hubiera sido imposible si hubiésemos reducido nuestras aspiraciones a un Congreso nacional. Debemos congratularnos entonces que el saldo de estas jornadas ha sido positivo bajo cualquier luz que las examinemos, pero sobre todo, porque muchos nutricionistas fueron expuestos a los conceptos más avanzados de nuestra especialidad en sus propios territorios, lo que sin duda, repercutirá en una mayor visibilidad, y un mejor posicionamiento, de la labor de la Sociedad Cubana de Nutrición Clínica y Metabolismo en el contexto docente, investigativo y editorial. Sea ésta una ocasión que propicie el reconocimiento y el agradecimiento a todos los que hicieron posible la realización de estas jornadas.
El 2015 también ha culminado con el reconocimiento de la Revista Cubana de Alimentación y Nutrición con el sello CITMA, lo que puede ser visto como un extraordinario logro de la actividad de nuestra Sociedad como promotora y gestora del conocimiento científico.
Durante el año 2016 debemos completar nuestro ciclo eleccionario, y con ello, la incorporación a la Junta Directiva de la Sociedad, los distintos comités que la integran, y los capítulos locales de la misma, de valiosos y experimentados profesionales que abrirán nuevos derroteros en la trayectoria de nuestra organización hacia nuevos retos y metas.
Pero los logros alcanzados no deben hacernos creer que todo ocurrirá espontáneamente, o que el futuro se nos entregará acabado, aceitado, y de una sola pieza. Este año congresional le ha servido a la Sociedad para comprobar que todavía persisten muchos más enfermos que los admisibles con carencias y precariedades nutricionales que aguardan por ser identificados y tratados en concordancia; que existen demandas insatisfechas de educación continuada y formación de recursos humanos en Alimentación y Nutrición (y que ninguna institución docente se ha hecho cargo de ello); que aún falta por construir las organizaciones requeridas para la provisión de cuidados alimentarios y nutricionales al enfermo que así lo necesiten, incluso en su propio hogar; y que las ciencias de la Alimentación y la Nutrición todavía no han encontrado su lugar en los programas ramales de la investigación biomédica.
Lo que es más lamentable es que las autoridades sanitarias fallen en reconocer (más veces de las admitidas como deslices de memoria o postergamiento debido a urgentes prioridades) que la desnutrición es una comorbilidad que erosiona los presupuestos de salud, la calidad de la atención médica, y los costos de las prestaciones, haciendo en última instancia insostenible la gestión de los sistemas locales de salud.
Pero si lo anterior no bastara, preocupa la ausencia de un pensamiento estratégico hacia el correcto enfrentamiento de la desnutrición hospitalaria, y por extensión, la desnutrición asociada/secundaria a la enfermedad, máxime cuando los cuidados alimentarios y nutricionales representan entre el 60 – 80% de los cuidados generales que se le brindan a un enfermo; y que la recuperación nutricional (condición esencial para el éxito terapéutico) consume mucho más tiempo que los 7 días que son asignados administrativamente para un ingreso hospitalario.
Pero lo anterior no debe llamarnos a la decepción ni mucho menos al derrotismo. Los que actuamos como nutricionistas hemos hecho un compromiso con dedicarles a nuestros pacientes (que siempre serán nuestra última razón de ser y existir) la mejor atención nutricional que se merecen. Igualmente, nos hemos comprometidos también con transmitirles a nuestros alumnos, junto con nuestros conocimientos y experiencias, nuestros valores y principios, en la continuidad de la Escuela Cubana de Nutrición y Dietética.
Espero que les sea útil.
Con mis mejores afectos,
Dr. Sergio Santana Porbén.
El Editor.
Sábado, 9 de Enero del 2016.
¡LES DESEAMOS PAZ Y PROSPERIDAD!