La Nutrición en el tiempo del Play-off: La Crónica del IV Congreso de Nutrición Clínica. Santiago de Cuba. 26 – 28 de Abril del 2007

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Hemos cerrado otro capítulo en la historia de los Congresos de la Sociedad Cubana de Nutrición Clínica. Esta vez, concluimos el IV de estos encuentros, que tuvo por sede la ciudad de Santiago de Cuba, en la última semana del mes de Abril. Se impone entonces la necesaria reflexión sobre las circunstancias que rodearon la organización y celebración de este IV Congreso en la Ciudad Héroe de Cuba, los logros alcanzados, las insatisfacciones, y las nuevas metas.

La decisión originaria de otorgarle a Santiago de Cuba la sede del IV Congreso de Nutrición Clínica, y con ello, el honor y la responsabilidad de organizarlo y celebrarlo a los nutricionistas locales, se tomó al término de la reunión precedente, ante pedido expreso de los delegados santiagueros, y en seguimiento de los intereses de la Junta Directiva de aumentar la presencia de la Sociedad Cubana de Nutrición Clínica en las provincias del Oriente cubano, agobiadas por graves carencias nutricionales (conviene recordar que fue en estas regiones donde se registró el mayor número de casos de la Neuropatía epidémica y Neuritis óptica), y por lo tanto, necesitadas de un trabajo más intenso y profundo en los temas de Alimentación, Nutrición comunitaria, clínica y hospitalaria. En otro orden de cosas, recuerdo mi presencia en un Seminario organizado por la Sección de Economía de la Salud de la Asociación de Economistas de Cuba, también en la ciudad de Santiago de Cuba, y donde se revelaron las necesidades de personal formado y capacitado en estas disciplinas para afrontar los retos alimentarios y nutricionales de la provincia de Santiago.

Fue natural que la decisión de la Junta Directiva de celebrar la reunión de los nutricionistas en Santiago de Cuba fuera criticada por colegas y amigos, atendiendo a experiencias nada agradables de eventos celebrados en el pasado. De todos eran conocidos los crónicos y agobiantes problemas de la ciudad santiaguera con el abastecimiento de agua, así como con el transporte, el alojamiento, y la alimentación de aquellos de paso en razón de su asistencia a congresos y otras formas de participación colectiva. Aún así, prevaleció el criterio de que las capacidades existentes localmente serían suficientes para asegurar la celebración de un Congreso austero, pero que fuera de impacto en la labor de los nutricionistas orientales.

La voluntad de la Junta Directiva fue puesta a prueba cuando se avizoró el peor de los escenarios posibles: la concurrencia de la final de la 46ta Serie Nacional de Béisbol en Santiago, esta vez, y para colmo de coincidencias irrepetibles, con el Superclásico de la pelota nacional: Industriales vs. Santiago, con el equipo local de anfitrión. Muchos vieron en ello una señal clara de que, por fuerza de la tradición, el folklore, y otras cuestiones, la provincia dedicaría todos sus esfuerzos en asegurar el máximo espectáculo de la pasión deportiva nacional, antes que el IV Congreso. Sin embargo, y en atención a las famosas palabras de Julio César antes de cruzar el Rubicón para internarse en la Galia rebelde: “Alea Jacta Est”/La suerte está echada. Era demasiado tarde para echarnos para atrás, no se tenía una sede alternativa, y no se podía echar por la borda todo el trabajo acumulado por los organizadores locales.

En correspondencia con el espíritu del evento, y la singularidad del momento, se redactó un Programa Científico para 2 días y medio de actividades que recogiera los temas imprescindibles para el nutricionista cubano contemporáneo. Baste señalar que este Programa incluyó una Conferencia Magistral a cargo del Instituto de Nutrición e Higiene de los Alimentos con el cuadro alimentario nacional, y los esfuerzos que se están realizando en estos instantes para paliarlo. También se programaron numerosas Conferencias temáticas a cargo de experimentados profesionales de la Alimentación y la Nutrición para exponer a los nutricionistas locales a los últimos avances en el desarrollo de estas disciplinas. Cabe destacar aquí los simposios encargados a prestigiosas firmas internacionales para dar a conocer a los asistentes los productos disponibles en el país para la atención de los niños con errores congénitos del metabolismo (SHS Scientific Hospital Supplies, Reino Unido), y el apoyo nutricional enteral y parenteral (B|BRAUN, Alemania).

La voluntad de los organizadores locales de celebrar el IV Congreso de Nutrición Clínica contra todos los contratiempos y obstáculos imaginables e inimaginables debe ser elogiada en este Editorial. La alegría que trajo consigo la victoria del equipo santiaguero sobre su archirrival capitalino sirvió de motivo para la apertura de la Trocha: la famosa calzada que atraviesa completamente la ciudad de un extremo a otro, y con ello, una semana de festejos, comidas y bebidas a granel. Instalado el espíritu festivo, fue difícil (sino imposible) encontrar a alguien en la ciudad que tomara en serio el evento cumbre de los nutricionistas. El desarrollo del Programa científico de la reunión se resintió de los problemas de transportación, agravados ahora por la afluencia de fanáticos decididos a festejar el triunfo santiaguero en la Trocha. La propia ceremonia inaugural del Congreso fue postergada durante varias horas por la ausencia de un medio de transporte que moviera a los delegados desde sus lugares de hospedaje hasta el Salón de los Vitrales de la Plaza de la Revolución “Antonio Maceo”. Muchos delegados llegados de las provincias occidentales sufrieron en carne propia la dramática escasez de agua corriente en una de las plazas seleccionadas de alojamiento, lo que obligó a su mudanza, en una ciudad ya de por sí congestionada. El deber entonces impone reconocer el espíritu de los organizadores locales, y la disciplina de los delegados, factores que fueron claves para el cumplimiento del Programa de actividades del evento. En tal sentido, los delegados recordarán siempre con agrado el espectáculo musical y bailable con el que los anfitriones agasajaron a los visitantes en el tan renombrado Cabaret Tropicana de Santiago de Cuba.

El análisis de las circunstancias que rodearon la organización y celebración del IV Congreso de Nutrición Clínica deja varias enseñanzas valiosas. No bastan los buenos deseos de los involucrados en llevar a vías de hecho una reunión de tal relevancia; también son necesarios un mínimo de capacidades e instalaciones, y el involucramiento de las autoridades locales de Salud, Gobierno, Estado y Partido, quienes deben comprender la importancia que reviste la ocurrencia de un evento de tal magnitud en la provincia.

Otro capítulo en la historia de la Sociedad Cubana de Nutrición Clínica se ha cerrado. Preparémonos para nuevos empeños y logros superiores, en nuestra encomienda de velar por el estado nutricional de personas y colectividades.

Espero que les sea útil.

Con mis mejores afectos,

Dr. Sergio Santana Porbén.
El Editor.