A 10 años del Estudio Cubano de Desnutrición Hospitalaria

 Inicio > Del Editor > Editoriales anteriores > Editorial 18 de Julio del 2009

 

Después de atender varios asuntos pendientes, y cumplir compromisos contraídos, vuelvo a la Columna, esta vez con mis consideraciones sobre el significado e impacto del Estudio Cubano de Desnutrición Hospitalaria, del que se cumplen ya 10 años de realizado.

En otros tiempos he explicado el alcance y los resultados del Estudio ELAN-CUBA, como fue denominado por los que estuvimos involucrados en su gestión.[1] El Sitio de la Sociedad mantiene una entrada con los resultados obtenidos tras su conclusión, y los artículos publicados por el Grupo Cubano de Estudio de la Desnutrición Hospitalaria en varias revistas internacionales.[2] En esta ocasión, sin embargo, me centraré en los aspectos humanos de este tan importante proyecto investigativo.

La génesis del Estudio ELAN-CUBA hay que trazarla hasta el IBRANUTRI, siglas que identifican a la Encuesta Brasileña de Desnutrición Hospitalaria, y que fue llevada a cabo por la Sociedad Brasileña de Nutrición Parenteral y Enteral en el año 1998 en la red de hospitales públicos del país suramericano. La Sociedad Brasileña estaba interesada en exponer el estado de la desnutrición entre los pacientes atendidos en los hospitales públicos, como una forma de atraer la atención de las autoridades sanitarias sobre este problema de salud, y las implicaciones de todo tipo que el mismo comportaba. La constatación de que la mitad de los pacientes encuestados estaba desnutrida fue tan poderosa que obligó a cambios profundos en los modos de la provisión de cuidados alimentarios y nutricionales a los enfermos atendidos en el Sistema hospitalario público.

En aquel momento, la Sociedad Brasileña ocupaba la Presidencia pro-tempore de la FELANPE Federación Latinoamericana de Nutrición Parenteral y Enteral (hoy rebautizada como de Terapia Nutricional y Metabolismo). Fue entonces natural que el IBRANUTRI evolucionara hasta el Estudio ELAN Latinoamericano de Desnutrición Hospitalaria, y que la FELANPE auspiciara su conducción en todos los países de América Latina.

Con esta encomienda, una representación de la Junta Directiva de la FELANPE, compuesta por los Dres. Isabel Correia, Antonio Carlos Campos, Horacio Massotto, Victor Manuel Sánchez Nava y Alfredo Matos, se reunió en La Habana con una representación de la Sociedad Cubana de Nutrición Clínica y Metabolismo, a los fines de darnos a conocer el diseño del Estudio ELAN, y los objetivos a lograr.

El desafío para nosotros era enorme. Recién nos habíamos constituido, y no como sociedad científica (pues en aquellos momentos el Ministerio de Justicia había dictado una moratoria sobre la creación de nuevas organizaciones y agrupaciones), sino como un capítulo dentro de la Sociedad Cubana de Medicina Interna. No teníamos experiencia en la conducción de estudios multicéntricos (a fuer de ser sincero, muchos no se hubieran empeñado en un proyecto de tal naturaleza a causa de la precariedad de recursos, y sobre todo, voluntades); y lo que era más trascendente, la sola idea de que se haría un estudio de alcance nacional para exponer el estado nutricional de los enfermos atendidos en nuestros hospitales levantaba muchas suspicacias, cuando no pensamientos encontrados.

A pesar de todo lo anterior, sí teníamos claro que no podíamos negarnos a la realización de este Estudio, y que era impensable que Cuba estuviera ausente de un esfuerzo investigativo regional tan loable y necesario. El compromiso empeñado era presentar el Informe final de la Encuesta en una sesión especial de trabajo del VIII Congreso Latinoamericano de Nutrición Parenteral y Enteral que se celebraría en la ciudad de Salvador de Bahía (Estado de Bahía, Brasil), en Octubre del 2001. La Sociedad Cubana encargó entonces al GAN Grupo de Apoyo Nutricional del Hospital Clínico-quirúrgico “Hermanos Ameijeiras” (La Habana), quien ya era conocido por conducir localmente un PRINUMA Programa de Intervención Alimentaria, Nutricional y Metabólica, la redacción del protocolo de trabajo, la supervisión de la conducción del Estudio, la capacitación de los equipos de encuestadores, el procesamiento de datos, la redacción del Informe final, y la diseminación de los resultados.

Los especialistas del GAN obtuvieron el consentimiento de los directivos del centro (no sin vencer reticencias y prejuicios) para realizar el que sería el primer Estudio de Desnutrición hospitalaria en un hospital cubano [3] para, de esta manera, poner a punto toda la metodología, y, de paso, crear una historia de éxito a fin de lograr la aprobación de los estamentos centrales para la conducción del Estudio nacional.

En una prueba de madurez y determinación, todos los involucrados coincidieron en el Grupo Cubano para el Estudio de la Desnutrición Hospitalaria: entidad corporativa que reunió en un mismo espacio de creación y actuación al GAN, la Sociedad Cubana, el Instituto de la Nutrición e Higiene de los Alimentos (donde quedó asentado el protocolo experimental), y el MINSAP.

Todavía quedaba un reto formidable: cómo conducir descentralizadamente un estudio multicéntrico como éste. Para asegurar el éxito, se redactaron procedimientos detallados sobre la administración de las encuestas comprendidas en el diseño experimental, que se entregaron a los equipos encuestadores; se organizaron talleres en la sede del GAN para entrenar a los encuestadores en la aplicación de las encuestas; y se construyó una aplicación sobre ACCESS para OFFICE de Windows, a fin de “cargar” diariamente los datos recolectados de los enfermos encuestados. Gracias al esfuerzo de donantes y voluntarios, se imprimieron los formularios de las encuestas, para facilitar el trabajo de los encuestadores locales. El GAN mantuvo comunicación constante con los equipos de trabajo, con el objetivo de solucionar tan pronto como fuera posible las mil y una dificultades que pudieran presentarse durante la conducción real del Estudio.

Los datos recolectados de 1,361 enfermos encuestados en 12 hospitales de 6 provincias del país quedaron reunidos en un contenedor único, como paso previo al procesamiento de datos. Confirmando nuestras hipótesis, de que en un universo caótico, no intervenido, la desnutrición hospitalaria podría ser un importante problema de salud, el Estudio ELAN-CUBA devolvió una frecuencia de desnutrición del 41.2%. El 11.1% de los encuestados estaba gravemente desnutrido. Finalmente, teníamos un estimado confiable de la desnutrición en los hospitales cubanos, obtenido mediante un protocolo metodológicamente transparente y robusto.

Nada fue más satisfactorio que presentar estos resultados en el VIII Congreso de la FELANPE, recibir la felicitación de los colegas nuestros por haber llevado a feliz término tan ambicioso proyecto, y comprobar que, después de Brasil, Cuba había sido el país que más pacientes había aportado al Estudio Latinoamericano.

En toda tarea como el Estudio ELAN-CUBA se reúnen muchas emociones y afectos. No puedo mencionarlas todas. Sin embargo, me referiré a 2 de ellas que, al menos a mí, me calaron hondo. La Dra. Isabel Correia, del Brasil, afirmó orgullosamente en el acto plenario del VIII Congreso FELANPE ya referido que el Estudio Latinoamericano de Desnutrición Hospitalaria serviría para mostrar a los escépticos de lo que podían ser capaces los “inditos”, como muchos nos llamaban despectivamente. La representante de una gran transnacional de la Farmacéutica y la Nutrición artificial felicitó públicamente a la FELANPE, y las sociedades representadas dentro de ella, por tan meticuloso estudio, y declaró que estaba dispuesta a patrocinar un estudio de seguimiento para medir el impacto nuestro como nutricionistas.

El Estudio ELAN-CUBA ha sido pródigo en publicaciones de alta visibilidad internacional. Los resultados de este esfuerzo han aparecido en revistas especializadas de Estados Unidos y la Unión Europea, rompiendo el mito de que los investigadores cubanos no podrían colocar sus contribuciones en inglés; así como del MERCOSUR. Estos artículos constituyen un importantísimo marco referencial para contextualizar nuestros esfuerzos y desempeños, actuales y futuros.

Hoy estamos abocados a nuevos y trascendentales retos. Ha llegado el momento de evaluar qué impacto ha tenido la Sociedad Cubana de Nutrición Clínica y Metabolismo en la identificación, tratamiento y prevención última de la desnutrición hospitalaria, y si hemos sido efectivos en desterrar, o al menos atenuar, las prácticas culturales asistenciales que impiden una correcta provisión de cuidados nutricionales y alimentarios al enfermo hospitalizado. Pero el otro reto significa indagar en la magnitud de este fenómeno en el ámbito pediátrico. Durante mucho tiempo se ha sostenido como una verdad que los niños recibían una mejor atención nutricional que los adultos, y que los pediatras estaban mejor preparados que los internistas para lidiar con las consecuencias ominosas de la desnutrición asociada a la enfermedad. El completamiento de la Encuesta de Desnutrición Hospitalaria Pediátrica en 2 grandes centros de la ciudad capital ha puesto en duda estas afirmaciones, y ha confirmado cuánto nos queda por hacer todavía en aras de ofrecer a nuestros enfermos el mejor cuidado nutricional posible.

Espero que les sea útil.

Con mis mejores afectos,

Dr. Sergio Santana Porbén.
El Editor.

Referencias acotadas:

[1] Editorial del 10 de Octubre del 2005. ¡Ya es oficial! Los resultados de la Encuesta Cubana de Desnutrición Hospitalaria
[2] Estado actual de la Desnutrición hospitalaria en Cuba. Disponible en: https://instituciones.sld.cu/nutricionclinica/estudio-desnutricion-hospitalaria/
[3] Estado de la desnutrición en el Hospital Clínico quirúrgico “Hermanos Ameijeiras”. Disponible en: http://bvs.sld.cu/revistas/act/vol11_1_03/act07103.htm