Inicio > Del Editor > Editoriales anteriores > Editorial 19 de Enero del 2011
En la pasada reunión de la membresía de la Sociedad Cubana de Nutrición Clínica y Metabolismo, celebrada el viernes 14 de Enero del 2011, se anunció la creación de la Secretaría de Nutrición en la Atención Primaria de Salud. Esta decisión, sabia y oportuna, y durante mucho tiempo deseada y pensada, merece un comentario editorial.
La membresía de la Sociedad se compone de nutricionistas con diferentes formaciones curriculares y trayectorias que se desempeñan en varios escenarios. Muchos de ellos lo hacen en el área primaria de salud: la base sobre la que descansa nuestro Sistema de Salud. Sin embargo, la Junta directiva no podía ignorar sus quejas sobre la ausencia de un espacio de pensamiento y actuación dentro de la Sociedad donde poder intercambiar ideas, resultados y experiencias. No es menos cierto que el espíritu y la obra de la Sociedad estaba permeada de la impronta hospitalaria, y no podíamos concebir que el apoyo nutricional debería llegar y articularse en la comunidad donde radica el enfermo. Por otro lado, en los Congresos de la Sociedad se echaba de ver la discusión sobre los problemas no resueltos de apoyo nutricional existentes en el área de salud.
Hoy estamos reparando este vacío ideológico y de actuación. La figura y el papel del hospital como el actor integrador de prestación de cuidados de salud (incluidos los nutricionales) se ha desdibujado en los últimos años, en gran medida, por los costos incrementados de la asistencia médica, y la aparición de modelos de actuación ambulatoria. Hoy nos resultan familiares la Quimioterapia y la Radioterapia ambulatorias, la Nefrodiálisis ambulatoria, y la Cirugía de mínimo acceso, entre otros. La estancia hospitalaria se ha acortado dramáticamente, y existe una compulsión de rotar la cama hospitalaria lo más rápido posible. El apoyo nutricional ha ido evolucionando en la misma medida en que se han instalado las presiones económicas y las nuevas realidades tecnológicas. Concebida inicialmente como una terapia propia de unidades cerradas en enfermos críticos, el apoyo nutricional a domicilio es la estación última del desarrollo de las ciencias de la Alimentación y la Nutrición. En muchas partes del mundo, inclusive en países de América Latina como Argentina, México, Brasil y Chile, muchos pacientes son derivados al egreso hospitalario hacia sistemas de apoyo nutricional a domicilio ofrecidos de forma útil y segura por profesionales dedicados y capaces.
Hemos acumulado experiencias en la atención a domicilio de pacientes seleccionados. El caso del ingreso domiciliario de la embarazada de alto riesgo obstétrico sería uno de ellos. La atención en el hogar de niños con enfermedades crónicas que han obligado hasta la ventilación artificial sería otro ejemplo. Disponemos del Programa del Médico y la Enfermera de Familia, que permite llevar la atención de salud a todas las áreas de salud del país, no importa las condiciones geográficas. La incorporación del trabajador social a la prestación de cuidados alimentarios y nutricionales en el hogar del enfermo serviría para el logro de la intersectorialidad preconizada en nuestra política de salud.
Se trata entonces de engarzar todos estos elementos en una única cadena de pensamiento y actuación. Existen varios retos nutricionales en la Atención primaria de Salud, como la asistencia materno-infantil, y el cuidado de los incluidos en la tercera edad aquejados de enfermedades crónicas no transmisibles. Pero igualmente debemos ocuparnos de aquellos en la comunidad con necesidades insatisfechas y/o no reconocidas de apoyo nutricional. Se estima que en una comunidad existe una persona en tal situación por cada mil habitantes. Las tecnologías de Apoyo nutricional y Nutrición artificial también deben ser administradas en el hogar del enfermo, y en consecuencia, deben allegarse los recursos requeridos para ello.
Con la creación de la Secretaría de Nutrición en la Atención Primaria de Salud, la Sociedad Cubana de Nutrición Clínica y Metabolismo ha apostado por logros superiores en la atención nutricional de nuestros enfermos. Recabo entonces de todos los miembros que trabajemos juntos para incorporar estas nuevas formas de pensar y actuar, y así, desterrar mitos y falacias que aún lastran nuestro trabajo.
Espero que les sea útil.
Con mis mejores afectos,
Dr. Sergio Santana Porbén.
El Editor.