Altas y bajas tiene el sendero…

 Inicio > Del Editor > Editoriales anteriores > Editorial 8 de Enero del 2013

 

Ha concluido el 2012, y con el cruce de los años viejo y nuevo llega el examen de lo hecho, así como adelantar las proyecciones de lo que se ha de emprender.

Calificaría el 2012 como un año de altas y bajas, como cimas y simas nos depara este sendero que recorremos diariamente, desde hace ya unos cuantos años, para establecer, finalmente, las políticas para el mejor cuidado alimentario y nutricional de nuestros enfermos.

El lanzamiento del ELAN 2.0 constituyó uno de los ascensos registrados en el año que hemos dejado atrás. El ELAN -acrónimo que ha servido para designar al Estudio Latinoamericano de (Des)Nutrición Hospitalaria- es el esfuerzo investigativo mejor organizado dentro de la comunidad regional de nutricionistas para revelar/relevar la realidad nutricional dentro de nuestras instituciones de salud. A pesar de los tropiezos (y no pocos obstáculos), el ELAN 2.0 vuelve a llamar la atención sobre el estado de la desnutrición en los hospitales cubanos, y cómo esta comorbilidad influye y afecta la gestión de los sistemas de atención médica del país.

La celebración del XIII Congreso Latinoamericano de Terapia Nutricional, Nutrición Clínica y Metabolismo en la ciudad de Panamá, en Octubre de este año 2012 (auspiciado por la FELANPE Federación Latinoamericana de Terapia Nutricional, Nutrición Clínica y Metabolismo), también constituyó un momento de lucimiento para los nutricionistas agrupados en la Sociedad Cubana de Nutrición Clínica y Metabolismo. La presencia de una delegación de la Junta Directiva de la Sociedad en las sesiones del evento, y la inserción de nuestros profesionales en las actividades del Programa científico, reafirmaron nuestra voluntad de contribuir al avance de las ciencias de la Alimentación y la Nutrición en la región de nuestra pertenencia.

El XVI Congreso Latinoamericano de Nutrición (organizado por la SLAN Sociedad Latinoamericana de Nutrición), que fue acogido por la ciudad de La Habana durante el pasado mes de Noviembre, coronó la visibilidad ascendente del desempeño de los nutricionistas cubanos. Por 7 días, más de 800 delegados repasaron todas las aristas que ofrecen las investigaciones en las ciencias de la Alimentación y la Nutrición a fin de mejorar la calidad de vida del ser humano, desde la elaboración de alimentos hasta la promoción de estilos saludables de vida y alimentación, pasando (necesariamente) por el mejor cuidado alimentario y nutricional de nuestros enfermos.

La creación de la primera (al menos, que tengamos noticias) Cátedra de Nutrición en una Facultad de Ciencias Médicas también representó un hecho trascendente para la Sociedad, en su afán de atravesar compartimientos aparentemente estancos en la enseñanza de las ciencias de la Alimentación y Nutrición, y así incidir (finalmente) en los que se inician en su tránsito por las carreras médicas y paramédicas.

Pero la suma de lo alcanzado pudo haber sido mucho mayor, si se hubieran removido barreras culturales y administrativas que todavía impiden el reconocimiento del estado nutricional como el principal determinante del estado de salud de las poblaciones humanas. La Junta Directiva de la Sociedad siguió recibiendo notificaciones de intentos (algunos de ellos dolorosamente exitosos) de desmantelar los pocos grupos hospitalarios de apoyo nutricional que en medio de adversas circunstancias tratan de modificar (proactivamente) los retos nutricionales y metabólicos que la enfermedad comporta para el paciente. El involucramiento de un mayor número de centros en las encuestas del ELAN 2.0 ha estado afectado por incomprensiones administrativas, poca disposición para asumir la conducción local del estudio, e incluso imponderables naturales, como el huracán Sandy que arrasó con 3 provincias del oriente del país.

Si bien hay que reconocer que, ante un pedido de la Presidencia del Consejo Nacional de las Sociedades Científicas de la Salud, la Junta Directiva de la Sociedad adelantó sus recomendaciones de cómo intervenir en el presente estado de las cosas, lo cierto es que todavía no se ve llegada la hora en que la opinión y la experiencia de los nutricionistas cubanos sean incorporadas en los estilos de trabajo de las autoridades sanitarias del país.

No obstante, no debemos desmayar en nuestros esfuerzos. Sabíamos que este sendero que recorremos hoy no iba a estar precisamente desbrozado, y nuestro empuje, decisión y trabajo nos ha llevado a ocupar una posición envidiable. Sigamos entonces trabajando juntos y unidos, como lo hemos hecho hasta ahora, para el bien de nuestros enfermos, donde quiera que estén.

Espero que les sea útil.

Con mis mejores afectos,

Dr. Sergio Santana Porbén.
El Editor.

¡¡FELIZ NAVIDAD PARA TODOS Y UN PROSPERO Y MEJOR AÑO NUEVO 2013!!