Inicio > Del Editor > Editoriales anteriores > Editorial 26 Diciembre 2006
Hemos llegado nuevamente a la encrucijada de 2 años: uno que termina y que queda a nuestras espaldas, con sus logros, metas cumplidas e insatisfacciones, y el otro, tendido ante nosotros, límpido, lleno de promesas y nuevas realizaciones.
No hay que revelar a nadie una verdad profunda que el 2006 ha sido ciertamente intenso. Personalmente, hube de cumplir con numerosos compromisos editoriales acumulados, y atender otras tantas invitaciones como Profesor/Conferencista en diferentes foros nacionales y latinoamericanos. Realmente, comienzo a extrañar los tiempos en que yo asistía a tales reuniones para oir más que para hablar. Por otro lado, me involucré en la etapa final del relanzamiento de la Revista Cubana de Alimentación y Nutrición, que saldrá otra vez en el 2007 con un número especial de 90 páginas. Todo ello, sin abandonar mis obligaciones como médico/nutricionista en el Hospital donde ejerzo, como Profesor adjunto de 2 universidades del país, y como Editor de este sitio.
La Sociedad Cubana de Nutrición Clínica también ha trabajado intensamente este año junto con otras asociaciones homólogas para resaltar la importancia del apoyo nutricional en las diferentes esferas de nuestra práctica asistencial. La Sociedad Cubana de Cirugía, la Sociedad Cubana de Cirugía Pediátrica, el Instituto de Neurología y Neurocirugía, y el Hospital Materno-Infantil “10 de Octubre”, entre otros, merecen un reconocimiento especial por haber incluido paneles multidisciplinarios para tratar temas de Nutrición Clínica y Hospitalaria y de Apoyo nutricional en las reuniones científicas que organizaron en este año 2006.
De frente al 2007, tendremos la celebración de nuestro IV Congreso Nacional de Nutrición Clínica. La Junta Directiva de la Sociedad cree firmemente en que esta reunión debe hacerse en la ciudad de Santiago de Cuba, consciente de los retos organizativos y presupuestarios que ello significa. A pesar de nuestros esfuerzos y buenas intenciones, la presencia de la Sociedad en las instituciones de salud de las provincias orientales es pobre, por decir inexistente. Los grupos de nutricionistas que laboran allá lo hacen en condiciones muy precarias, de acuerdo con los testimonios que nos han hecho llegar. Todavía debemos asumir la provisión de cuidados nutricionales a pacientes que nos son remitidos desde los centros de salud del Oriente cubano, en medio de situaciones médico-quirúrgicas extraordinariamente complejas.
Hay muchas razones para este orden de cosas, que no son más que el reflejo de la deuda social contraída en los duros tiempos del Período Especial. Sin embargo, ha llegado el momento de intervenir educativamente para forzar un cambio en el presente status quo. Es por ello que se espera que la confluencia en Santiago de Cuba de profesionales y especialistas experimentados servirá para mostrar nuestra solidaridad y respeto con aquellos que han estado, como se dice en buen cubano, al pie del cañón, aportando sus habilidades y conocimientos a los pacientes necesitados. Exhorto a todos entonces a contribuir activamente para hacer de este Congreso una oportunidad única de enriquecimiento humano y científico.
Espero que les sea útil.
Con mis mejores afectos,
Dr. Sergio Santana Porbén.
El Editor.
¡¡FELIZ NAVIDAD 2006, Y UN MEJOR AÑO 2007!!
¡¡SALUD, PAZ Y PROSPERIDAD PARA TODOS!!