El médico nos visita

A la empresa llegó el grupo multidisciplina­rio de especialis­tas para realizar la visita de reconocimiento solici­tada por la dirección de la entidad. Así se denomina una práctica del Instituto Nacional de Salud de los Trabajadores (Insat), ex­plica su director, doctor Reinaldo Ruffin Concep­ción, cuyo objetivo es iden­tificar en el propio puesto de trabajo los riesgos a que está expuesto el traba­jador de contraer alguna enfermedad profesional o sufrir un accidente.
Doctor Reinaldo Ruffin Concepción, director del Instituto Nacional de Salud de los Trabajadores. Foto: José Raúl Rodríguez Robleda

“Actuamos en el orden preventivo promocional, que es el carácter de la sa­lud ocupacional.

“Hacemos estas visitas tanto a empresas estatales como privadas y a entida­des de la Zona Especial de Desarrollo Mariel. Si hay un caso identificado por intoxicación con plomo o mercurio, por ejemplo, lo remitimos a una atención hospitalaria o al Instituto de Toxicología”, precisa Ruffin.

Los trastornos músculo-esqueléticos

El subdirector, doctor Waldo Díaz Piñera, aco­ta que la primera causa a nivel mundial de incapa­cidad laboral por invali­dez total son los trastor­nos músculo-esqueléticos (TME). Cuba tiene apro­ximadamente entre el 18 y el 20 % de trabajadores en esta condición y en el mundo se comporta hasta en un 25 por ciento.

En este sentido, señala, que las recomendaciones tienen gran importancia pues no solo mejoran la salud y el bienestar de la persona, sino que se tra­ducen en mayor producti­vidad y menos ausentismo.

Como primer paso se analizan los datos existen­tes: revisión de reportes de accidentes laborales, registros de ausentismo por certificados médicos, informes de enfermeda­des profesionales y otras estadísticas que presenta el comité de salud y segu­ridad del centro.

De esa manera se pue­de conocer qué departa­mentos, secciones o pues­tos de trabajo reportan más TME, el tipo de lesión más común: lumbalgia, tendinitis del hombro, sín­drome del túnel carpiano (que daña el movimiento de las manos), entre otras.

Evalúa, además, si perjudican más a jóvenes por falta de experiencia o a personal veterano por acumulación de esfuerzo.

Le siguen la observa­ción directa de cómo se realiza la labor en la prác­tica y se aplican técnicas para medir el manejo de las cargas, posturas forza­das, movimientos repetiti­vos y esfuerzos.

A continuación, corres­ponden encuestas y entre­vistas a los miembros del colectivo, y por último, se hacen las sugerencias, en­tre otras, determinadas modificaciones en la rea­lización de algunas activi­dades, cambios de carácter organizativo y se enseñan principios de mecánica corporal para levantar co­rrectamente las cargas. Por supuesto se insiste en el uso de los medios de pro­tección personal.

Estas propuestas de­ben ser asumidas por la dirección y contar con la participación de los tra­bajadores. Se requiere de todos un enfoque proacti­vo y no reactivo, es decir, no esperar a que ocurra un accidente o haya una en­fermedad sino prevenirlos y estar atentos a las quejas que surjan en el proceso productivo.

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