“Actuamos en el orden preventivo promocional, que es el carácter de la salud ocupacional.
“Hacemos estas visitas tanto a empresas estatales como privadas y a entidades de la Zona Especial de Desarrollo Mariel. Si hay un caso identificado por intoxicación con plomo o mercurio, por ejemplo, lo remitimos a una atención hospitalaria o al Instituto de Toxicología”, precisa Ruffin.
Los trastornos músculo-esqueléticos
El subdirector, doctor Waldo Díaz Piñera, acota que la primera causa a nivel mundial de incapacidad laboral por invalidez total son los trastornos músculo-esqueléticos (TME). Cuba tiene aproximadamente entre el 18 y el 20 % de trabajadores en esta condición y en el mundo se comporta hasta en un 25 por ciento.
En este sentido, señala, que las recomendaciones tienen gran importancia pues no solo mejoran la salud y el bienestar de la persona, sino que se traducen en mayor productividad y menos ausentismo.
Como primer paso se analizan los datos existentes: revisión de reportes de accidentes laborales, registros de ausentismo por certificados médicos, informes de enfermedades profesionales y otras estadísticas que presenta el comité de salud y seguridad del centro.
De esa manera se puede conocer qué departamentos, secciones o puestos de trabajo reportan más TME, el tipo de lesión más común: lumbalgia, tendinitis del hombro, síndrome del túnel carpiano (que daña el movimiento de las manos), entre otras.
Evalúa, además, si perjudican más a jóvenes por falta de experiencia o a personal veterano por acumulación de esfuerzo.
Le siguen la observación directa de cómo se realiza la labor en la práctica y se aplican técnicas para medir el manejo de las cargas, posturas forzadas, movimientos repetitivos y esfuerzos.
A continuación, corresponden encuestas y entrevistas a los miembros del colectivo, y por último, se hacen las sugerencias, entre otras, determinadas modificaciones en la realización de algunas actividades, cambios de carácter organizativo y se enseñan principios de mecánica corporal para levantar correctamente las cargas. Por supuesto se insiste en el uso de los medios de protección personal.
Estas propuestas deben ser asumidas por la dirección y contar con la participación de los trabajadores. Se requiere de todos un enfoque proactivo y no reactivo, es decir, no esperar a que ocurra un accidente o haya una enfermedad sino prevenirlos y estar atentos a las quejas que surjan en el proceso productivo.